Aston Martin y Williams no se verán en otra igual: Alonso y Sainz se dejan un botín en los muros

Hoy a las 06:05 AM

"¿Tienes algún consejo para sobrevivir, Martin?", le preguntaba en la parrilla Nico Hülkenberg a Martin Brundle, el expiloto de Fórmula 1 y comentarista de Sky. La fiesta del Gran Premio de Australiase animaría más aún de lo que anticipaba el piloto alemán.

Albert Park arrojó toda la artillería posible para convertir la primera carrera de 2025 en un verdadero infierno, con carácter de pesadilla para debutantes o cualquiera que descubriera su nuevo monoplaza. E incluso para veteranos como Fernando Alonso o Carlos Sainz.

La cita australiana suele distinguirse por resultados que, repasados más adelante, se antojan absurdos para la jerarquía del campeonato y esta edición no fue la excepción. La única certeza es que en McLaren empiezan con el codo en la ventanilla y la victoria de Lando Norris. Lo que no impide pisar cáscaras de plátano, como el desafortunado Oscar Piastri, la estrella local.

Donde esta carrera escocerá es en los cuarteles españoles, porque Alonso y Sainz perdieron una magnífica oportunidad para dar un buen pelotazo. Sus equipos, también. Pocas veces se verán en otra similar en 2025.

Norris golpea primero bajo la intensa lluvia de Australia en el desastre total de Sainz y Alonso

Cóctel perfecto para el caos

La lista de trampas del trazado australiano era como un extenso campo de minas: circuito sinuoso, semiurbano y resbaladizo, sin margen de error por sus puzolanas y muros. Seco durante dos días y mojado en carrera. Con viento y lluvia para empezar, asfalto que alternaba seco y mojado seco, y con chubascos de intensidad imprevisible en el radar en la parte final de la prueba. Cóctel perfecto para el caos y marear a todos.

Para más tomate, la mitad de la parrilla descubría su monoplaza en carrera y sin además haber catado su máquina en agua antes. Cinco de ellos debutaban. Salvo el extraordinario Kimi Antonelli, los nuevos acabaron al fondo de la clasificación o contra los muros. Que lo hicieran veteranos como Sainz y Alonso no entraba tanto en la ecuación.

En la primera parte de la prueba, Norris y Piastri mandaban a placer, con un entrometido Verstappen pegado como una lapa, hasta que sus intermedios se alisaron. El accidente de Alonso revivió la carrera y el chaparrón final volvió locos a los estrategas con la moneda al aire de la lluvia. Los hubo finos y rápidos entre los equipos de media tabla que sacaron oro en Melbourne, como Williams, Aston Martin y Sauber. Otros, como Ferrari, recordaron tiempos pasados.

Norris confirmó que ha templado su mente y nervios tras las pruebas iniciáticas con Verstappen el año pasado, como también su equipo al llamar a boxes. Hubo fortuna para el británico cuando los dos McLaren descubrían antes que nadie la zona recién mojada por la lluvia en el último chaparrón. Se perdió el doblete, pero se salvaba el riesgo de pugna fratricida entre Piastri y Norris.

Verstappen, como siempre emboscado cuando no tiene arma ganadora, optimiza cualquier resultado y oportunidad, de nuevo segundo y en el cogote del británico en las últimas vueltas, mientras que su compañero Liam Lawson no podrá dormir durante algunas noches.

Un 'subóptimo' Alonso

Imola 2022 fue la última vez en la que Alonso y Sainz abandonaron en el mismo Gran Premio. En esta ocasión, ambos pudieron llenar el zurrón de puntos de Aston Martin y Williams en una oportunidad que difícilmente se repetirá en 2025.

Para el asturiano, ¿se trató de un fin de semana subóptimo? Alonso no se subió en Albert Park a su tradicional máquina cosechadora. El error del sábado le impidió entrar en la Q3 y el del domingo le frustró de un potencial puesto entre los cinco primeros, su especialidad en río revuelto. Afortunadamente para Aston Martin, Stroll recogió el testigo. Celebró su sexto puesto con más énfasis que Norris su victoria.

Que un veterano como Alonso cayera, ilustraba las trampas de esta carrera. El asturiano luchaba por la novena posición con Gasly cuando metía su rueda en el arcén de la siete. En esta ocasión, parecía que algún centímetro más de lo necesario, cuando su neumático intermedio estaba convertido en liso por el desgaste. Visto y no visto. Adiós en la vuelta 34. Si los estrategas de Aston Martin hubieran acertado luego con el asturiano como lo hicieron con Stroll…

"La verdad es que son de esas carreras que no disfrutas mucho al volante, porque las líneas blancas son hielo, la visibilidad, poca, pero es igual para todos. Se trataba de intentar aprovechar las cosas que pasaran delante…", explicaba Alonso al terminar. "Es difícil, además, hay un carril con la zona seca y no puedes adelantar si vas un poco más rápido que los coches de delante y tienes que salirte a la zona de agua".

¿El incidente? "Creo que pasé por el mismo sitio de siempre, por el medio del circuito, utilizando un poco del bordillo, pero me encontré una montaña de gravilla donde justo donde puse la rueda y se me fue el coche. Un error o incidente muy costoso para el equipo, por desgracia".

En pocos días llegará China, que "me encanta, es un circuito en el que siempre hemos ido bien y no hay la gravilla de la curva 6, que fue un poco como un fantasma cada vuelta que pasaba por allí. Me jugó de nuevo una mala pasada en carrera".

Sainz, de estratega en el muro

Al igual que Stroll para Alonso, el quinto puesto de Albon hizo de espejo para la oportunidad perdida de Sainz. Fruto del desconocimiento de su nuevo Williams, en desafortunada pardillada de quien aún no conoce su monoplaza. El madrileño quedó inédito al salirse de la pista mientras rodaba tras el coche de seguridad en la primera vuelta, tipo de incidente que saca los colores a cualquier piloto. En el caso Sainz, con explicaciones.

El madrileño rodaba con el mapa para coche de seguridad cuando una respuesta inesperada de su motor le mandó a las protecciones. "Eran condiciones difíciles, pero una situación que no se debería producir. Al menos, el equipo y yo hemos visto los datos y qué ha pasado con un cambio de marcha que, por alguna razón, no ha sido como tenía que haber sido y me ha producido ese momento. Raro, cosas que pasan, a veces un poco inexplicables".

"Fue al subir de marcha, cuando se pedía acelerar y, efectivamente, se produjo un poco más de entrega de potencia en el eje trasero, justo en el momento en que su rueda trasera tocaba la línea blanca", ampliaba James Vowles al terminar. "Fue una combinación de cosas, las condiciones eran complicadas, pero es algo que debemos analizar y ver en estas situaciones".

Vestido muy pronto de paisano, Sainz siguió la carrera con el equipo y, al menos, compensó el error con un papel clave para leer las condiciones de la pista en los últimos compases de carrera. Ya hubiera querido Ferrari la misma eficiencia. "Carlos ha sido parte del resultado, nos ha ayudado a la decisión de la parada, porque es muy difícil saber si deberías parar (a intermedios) o seguir en la pista. Y Carlos ha sido muy claro en estas condiciones. Nos dijo que no deberíamos haber seguido en pista y tenía toda la razón", reconocía Vowles.

Como en su debut con McLaren, Sainz no completó su primer Gran Premio con su nuevo equipo. "En el lado positivo, hemos empezado el año mucho más rápidos que el año pasado y, si estar fuera del coche ha servido para ayudar a Alex y al equipo de estrategia a parar en la vuelta que había que parar para intermedios, igual he podido ayudar en ese gran puesto".