Dan Fallows sufre las consecuencias del desastre de Aston Martin con Fernando Alonso
Ayer a las 11:00 PM
Es algo natural que se vive una y otra vez en el mundo del deporte, de la empresa o del espectáculo. Hay miles de ejemplos como el de Robert Moreno con Luis Enrique, Steve Ballmer con Bill Gates o incluso el grande entre los grandes, Freddie Mercury, fuera de Queen. Dan Fallows ha sido relevado de sus funciones en Aston Martin, después de no ser capaz de crear un coche ganador en dos años. Pasar de lugarteniente de Adrian Newey en Red Bull a director técnico le ha venido grande.
A pesar de la extraordinaria dimensión, a nivel técnico y humano, de los equipos de Fórmula 1 en la actualidad, comparados con los de hace tres o cuatro décadas, hay cosas que no cambian. La genialidad de dos o tres directores de orquesta sigue marcando la diferencia sobre el resto. Fallows probablemente sea uno de los mejores solistas del mundo en el terreno aerodinámico, pero a la vista está que carece de la visión holística necesaria para elaborar un conjunto ganador.
El mítico Ross Brawn, en la época gloriosa de Ferrari, fue el mejor ejemplo de la importancia del liderazgo técnico por encima de excelencias particulares. El ingeniero británico reconocía que él ya nunca diseñaba nada y que los ingenieros que reportaban a él sabían mucho más que él en sus respectivas áreas de conocimiento. La labor de Brawn era interpretar de la mejor forma posible el reglamento y definir la ruta técnica a seguir.
Imaginen la escena en Maranellocuando un británico como Brawn les decía a los motoristi italianos que estaban muy bien los caballos que habían obtenido, pero que prefería más eficiencia en el consumo o menos potencia a cambio de mayor elasticidad. El ingeniero inglés sabía que la receta del éxito era la que diera la mezcla adecuada de los principales ingredientes. No se trataba de tener lo mejor de lo mejor en aerodinámica, neumáticos, motor, electrónica o suspensiones, sino lo adecuado para el conjunto.
La importancia del conjunto
Dan Fallows ha fallado precisamente a la hora de definir ese conjunto. Los números del AMR24 pueden ser excelentes en el túnel de viento, pero en ritmo de carrera el coche devora los neumáticos y como consecuencia tiene poca motricidad y agarre. Puede parecer que el coche es un absoluto desastre y en realidad no es así. Fernando Alonso ha demostrado en muchas ocasiones que, a una vuelta, el Aston Martin es razonablemente competitivo. El problema es que estamos ante una de las Fórmula 1 más disputadas de todos los tiempos y las mínimas carencias enseguida te mandan al fondo de la parrilla.
En descargo de Dan Fallows podría decirse, que entre mudanzas y construcciones de la nueva sede de Aston Martin en Silverstone, no ha podido contar con los medios técnicos a pleno rendimiento. Pero el coche de la pasada temporada fue concebido así y comenzó 2023 como uno de los más competitivos. La incapacidad de evolucionar aquel coche, y que Fallows acabara de salir de Red Bull, invitan a pensar que una vez agotadas las enseñanzas del mago Adrian Newey, la magia se acabó.
Adrian Newey probablemente haya tenido mucho que ver también en este cambio. El ingeniero británico fue jefe de Dan Fallows en Red Bull y es significativo que en el comunicado oficial de Aston Martin indiquen que no se marcha de la casa británica, sino que pasará a desempeñar otras funciones dentro de la misma. Es probable que Newey no quiera perder un cerebro que trabajó con él con mucho éxito durante varios años. La decisión, al menos a nivel oficial, no ha sido cosa de Newey sino del nuevo CEO del equipo, Andy Cowell. Pero parece obvio que habrá sido una decisión consensuada.
Esta decisión también podría indicar que Newey no quiere arriesgarse a que Fallows pudiera hacer lo mismo que hizo en su día saliendo de Red Bull, es decir, que una vez que las ideas del mago de la ingeniería británico empiecen a plasmarse, se las lleve de nuevo su subalterno a otro equipo. En teoría, si Fallows sigue dentro del organigrama de Aston Martin, no sería el caso, y también podría ser que saliera del equipo de Fórmula 1 y se ocupara de otros proyectos de la marca de Gaydon, como el Hypercar Valkyrie o incluso en la división automovilística.
Cardile nuevo hombre fuerte
El monoplaza que disputará la temporada 2025 está en la fase final de diseño y esta puede ser otra de las razones por las que se ha producido este cambio repentino. Si el nuevo proyectista jefe del chasis, Enrico Cardile, ha detectado que hay una serie de conceptos que deberían ser cambiados, es difícil hacerlo cuando en el fondo estás enmendando la plana al actual jefe. Está por ver cuál será el organigrama técnico definitivo de Aston Martin en la nueva era Newey, pero tiene toda la pinta de que Cardile será su principal lugarteniente.
Recordemos que Enrico Cardile, salió de Ferrari poco antes de la llegada de Adrian Newey y tiene toda la pinta que su fichaje haya sido una petición directa suya. Tiene gracia comentar todo esto, cuando en teoría tanto Cardile como Newey tienen prohibido trabajar en Aston Martin. Como es norma en la Fórmula 1, hasta que no termine el preceptivo gardening leave (período de carencia) tienen vetado por casi un año trabajar para empresas de la competencia. Pero esto, como tantas otras cosas en este deporte, es algo prácticamente imposible de controlar.
Aston Martin Aramco announces change to technical leadership team.Click below to find out more.
— Aston Martin Aramco F1 Team (@AstonMartinF1) November 12, 2024
El cerebro no deja de trabajar y a falta de presencia física en las fábricas, el googlemeet o reuniones con el té a las cinco en casa de Adrian Newey solucionan el problema. No digamos ya cuando la íntegra propiedad intelectual de un monoplaza de Fórmula 1 cabe en un minúsculo pendrive y puede ser entregada entre unas pintas de Guinness en el pub The Barley Mow de Towcester, apenas a cinco millas de la sede del equipo. Si de verdad todos los nuevos fichajes técnicos solamente estuvieran pensando en 2026, Fallows seguiría en su actual puesto. El dueño del equipo, Lawrence Stroll, ha debido dejar claro que no hay ni un minuto que perder.
Está por ver si Adrian Newey dará con un coche ganador para 2026, pero está claro que como ha ocurrido toda la vida, él es uno de esos escasos directores de orquesta capaces de marcar la diferencia. El McLaren MP4/4 fue el coche quizá más exitoso de la historia y siempre tuvo a Steve Nichols reclamando su paternidad. Decía el ingeniero americano que el director de orquesta Gordon Murray apenas aportó unas líneas maestras. Pero habría que decirle al Sr. Nichols que esas líneas son las del toque mágico que hacen a un coche ganador. Y gente como Murray, como Chapman, como Barnard o como el propio Newey hay muy pocos.