Despegue o duro aterrizaje con la realidad: la nueva vida de Sainz y Alonso en la Fórmula 1

03/13/2025 12:00 AM

Nunca habrá un Gran Premio como el primero de la temporada. Como tampoco se vivirá un campeonato como el actual en muchos años. El GP de Australia vuelve con esas galas del pasado, pero con las novedades propias de una apertura y ese delicioso aroma propio de las tantas incertidumbres que se generan al subir el telón.

Caras nuevas en equipos diferentes, esa segunda sesión de libres será la más esperada del año para ver dónde está cada equipo y empezar a despejar dudas o certezas de la pretemporada… con un Gran Premio que se espera pasado por agua.

ParaFernando Alonso y Carlos Sainz se presenta un año complejo, cada uno en su propia frecuencia de onda. El primero, ante la perspectiva de otra dura travesía sin el agua de un monoplaza decente. El segundo, acoplándose al contraste de pasar de la aristocracia a la clase media, aunque con pretensiones de escalar en la pirámide social de la Fórmula 1. En Melbourne se enciende la luz verde para un año apasionante.

"El coche no me decepcionó"

La primera rueda de prensa oficial ofrecía su morbo. El nuevo piloto de Ferrari, aquel otro sorprendido por no seguir de rojo y ahora de azul, y ese colegial ilusionado que toma el testigo en Mercedes de un siete veces campeón del mundo. Cada uno, con su desafío, a saber cuál más complicado.

Hamilton se mostraba cálido y empático, hasta paternal, con ese chaval de 18 años, consciente de la enorme responsabilidad sobre unos hombros tan jóvenes. "Sonrío porque veo a este joven que lo está haciendo muy bien y está lidiando bien con todo, dando ese salto. Tener la primera oportunidad en la Fórmula 1 es tan especial... Tan solo puedo imaginar la dedicación que ha debido tener para empezar cuatro años antes de lo que yo lo hice. Porque tienes 18, ¿no? Sí, ese es el motivo por el que estaba sonriendo", comentaba el británico con Kimi Antonelli a su izquierda.

Sainz comenzaba con destellos de esperanza, sin olvidar el temor de que el moderado optimismo de la pretemporada aterrice bruscamente. "Ha sido un comienzo muy positivo, ya desde Abu Dabi fue así en cuanto me subí al coche y empecé a trabajar con la gente con la que voy a estar este año", explicaba el madrileño en la rueda de prensa. "El coche no me decepcionó, fue un buen test en Abu Dabi, tuvimos un buen invierno de desarrollo y, obviamente, hemos intentado empezar fuertes este año".

Sainz ha vivido dos meses de absoluto estajanovismo en la sede de Williams, que le ha sacado los hígados diariamente. De momento, el español espera que el asfalto liso y distinto trazado de Melbourne respecto a Shakir no desarbolen el velamen tejido por Williams. "Hemos tenido unos test positivos, pero no sé si estaremos a medio segundo o un segundo de los líderes, esperemos poder mostrar progreso, esta es la palabra clave, progresar como equipo y ver dónde estamos".

Dos o tres carreras y los segundos libres

¿Con qué se conformaría Sainz en esta temporada? "Con seguir progresando y mejorando como equipo. Personalmente, adaptarme rápido al equipo sería un éxito. Unirte a uno siempre requiere tiempo de adaptación al coche, al equipo, tiene sus retos y es algo que si puedo hacer bien, me gustaría. En cuanto a resultados, prefiero dejar pasar dos o tres carreras y ver dónde está el coche y por lo que puedo luchar. Si es Q2, Q3, puntos o no puntos".

¿Y de cara al GP de Australia? "Después de los libres dos, podría decir más donde podemos estar, porque ahí es donde empiezas a entender si eres el quinto, décimo u octavo equipo, y fijas las expectativas para qualy y carrera", respondía el madrileño. "Pero entre los diez mejores podría ser un buen resultado, aunque quizás ni siquiera nos acerquemos a ello, o quizás no sea suficientemente optimista con los diez primeros. Hablemos después de los libres dos, después de que todos hayamos tenido una sesión, pero no creo que la victoria del pasado año sea posible", ironizaba en recuerdo de su famoso triunfo tras la operación de apendicitis.

Despejar dudas o incrementarlas

En cuanto a Alonso y Aston Martin, el binomio verde arranca en la necesidad de despejar -o desmentir- las dudas y el pesimismo que les rodea y romper con la sostenida tendencia a la baja de 2024. Porque el escenario de arrojar ya la toalla para concentrarse en 2025 no parece asumible en el proyecto de Lawrence Stroll.

Jugando en corto, las dudas sobre el AMR25 radican en constatar hasta qué punto se cumplen los objetivos con la nueva versión, su mayor manejabilidad y respuesta a los cambios, aunque no a costa de velocidad. Una incógnita por despejar en la ecuación. Desde Aston Martin, por ahora, relativizan la percepción arrojada en la pretemporada con el argumento de un singular plan de trabajo en Shakir para calibrar esa mejor respuesta a diferentes reglajes, llevado a cabo en las condiciones cambiantes de cada jornada.

"No hicimos unos entrenamientos habituales, así que también es difícil para nosotros saber dónde estamos en comparación con nuestros oponentes", apuntaba Andy Cowell, quien también revelaba que Newey empieza centrado en el proyecto de 2026. Aunque todavía sin datos reales de rendimiento y comparativos en un Gran Premio con el AMR25.

"Después de dos semanas de estudio de los datos, algunos de los mecánicos y aerodinámicos funcionan bien", explicaba Cowell, pero otras áreas necesitan mejorar. Algunas vulnerabilidades se han corregido para Melbourne, otras necesitarán algo más de tiempo. Después del domingo habrá más todavía. Y quién sabe si Newey echará o no un ojo.

La delgada línea

"Es muy difícil añadir rendimiento al coche sin volverlo casi inconducible", dejaba caer Fernando Alonso sobre la posible evolución del AMR25, insinuando que existen áreas abiertas que solo con el trabajo de evolución se lograrán respuestas. "Hay una línea muy fina entre añadir prestaciones y comprometer la capacidad de pilotarlo. Creo que hemos dado un paso adelante, aunque parece que todos lo han dado en invierno".

"Creo que está mejor, pero aún no está al 100%", confirmaba Alonso ante el recorrido que tiene por delante del AMR25, dejando caer entre líneas cierta prudencia no exenta de realismo. "En Baréin, nos encontramos tres coches diferentes en los tres días de pruebas, este viernes será el cuarto coche diferente cuando salgamos a pista". Por si acaso, no olvidar el aviso al terminar en Baréin: "Las cuatro primeras carreras de la pretemporada, como las finales de 2024".