El día para olvidar de Sainz y Alonso en Brasil o cómo tirar por la borda una ocasión para brillar
Ayer a las 01:34 AM
Carlos Sainz venía de hacer una exhibición espléndida en México. Fernando Alonso luchaba con un pésimo vehículo, pero bajo el agua se esperaba que sacara su magia. La afición española tenía motivos para ilusionarse cuando el sábado por la mañana se sabía que en la carrera del domingo la lluvia iba a hacerse presente. Y en lugar de encontrarnos la mejor versión de ambos, salió la más deslucida de los últimos tiempos.
"Un día de pesadilla", admitió Carlos Sainz. "Tuve dos accidentes desafortunados y muy extraños. En ninguno de los dos había señales de que podía sufrirlos, así que no pude hacer nada para evitarlos". Cuando se corre en unas condiciones difíciles como las vividas en Sao Paulo, la línea que separa la adherencia que te mantiene en pista a la que te saca fuera de ella, es finísima, pero es la misma para todos.
Porque sí se podía hacer algo para evitar los accidentes. En la salida de pista que supuso el fin de la carrera del madrileño se ve claramente cómo se apoya la rueda trasera en la raya blanca y, a partir de ahí, el coche se vuelve incontrolable. Carlos estaba en ese momento con mucha presión porque estaba perdiendo mucho tiempo en mitad del tráfico y venía de cometer otro error. Mala gestión de la tensión y de los riesgos a tomar. Game over.
Y es una pena. Después de ofrecer su mejor versión, una semana después dio munición a los detractores que le niegan siempre el pan y la sal. Y esta irregularidad no es nueva. Es evidente que no es nada fácil estar fuerte mentalmente cuando sabe que el año que viene no va a estar en Ferrari. Carlos ha lidiado de forma admirable esta situación desde el punto de vista político, pero desde el deportivo, también ha fallado en varios momentos importantes.
A tough day for @carlossainz55, but we’ll move our focus now the next race in Las Vegas 👊 #BrazilGP 🇧🇷 #F1pic.twitter.com/6ouU7RIScp
— Scuderia Ferrari HP (@ScuderiaFerrari) November 3, 2024
Fallar en el día clave
Si la distancia entre Sainz y Leclerc fuera sustancial a favor del monegasco, tal y como ocurre en otros equipos, no habría nada que argumentar. Pero es que Leclerc, que es el que se queda en Maranello, ha estado muy a menudo a merced de Carlos. Y el español ha fallado con la espada. La puerta grande no admite fallos. Puede parecer una crítica demasiado dura, pero si confiamos que Carlos tiene hueco entre los más grandes, este domingo era uno de esos días en los que había que demostrarlo. Y falló.
Norris falló, Hamilton falló, Alonso falló, Leclerc falló. Muchos de los grandes de la parrilla no estuvieron exentos de fallos parecidos a los que sufrió el madrileño. Pero hubo otros que, en las mismas condiciones, sí aguantaron. Incluso hubo novatos como Liam Lawson que gestionaron admirablemente bien las difíciles circunstancias. Salir desde boxes, a consecuencia de otro error en la clasificación del sábado, no era desde luego la mejor forma de aspirar a algo grande en Brasil. Pero Max Verstappen salió penúltimo y ganó la carrera…
A Fernando Alonso, por su parte, es raro verle fallar. Pero quizá la presión de saber que tenía por delante una rarísima oportunidad de lograr un gran resultado provocó el error en la clasificación del sábado. Y aquel accidente inoportuno también condicionó el rendimiento del coche en la carrera. No era el Fernando de las grandes ocasiones. Aguantaba con temple en mitad del pelotón, pero no había magia. Y la salida de pista en el tercio final de carrera vino a confirmarlo.
"Tuvimos bastantes problemas con los frenos, sobre todo en cada reinicio", explicaba el bicampeón mundial. "Los frenos se iban hacia la parte trasera, era como tirar de freno de mano en las curvas". A pesar de la salida de pista, el asturiano tiró de pundonor y trató a toda costa de llegar a meta a pesar de las dificultades técnicas y físicas: "En condiciones normales, no habría terminado la carrera, pero tenía que hacerlo por los mecánicos, por mí también, ya que sufrí un poco antes de llegar aquí, y, sobre todo, por la gente de Valencia: por mucha gente que estaba en peores situaciones que el rebote (de las suspensiones) que traía yo".
Fernando Alonso:"Tenía que terminar por los mecánicos, por mí, por la gente de Valencia y por mucha gente que está en peores situaciones que el rebote que tenía yo hoy" pic.twitter.com/1ySe0X45EI
— ElReyGuiri (@ElReyGuiri) November 3, 2024
Una carrera para olvidar
Interlagos siempre ha sido un circuito que ha castigado mucho la espalda de los pilotos por sus temidos baches. Al estar construido sobre una zona pantanosa, las irregularidades del trazado siempre acaban saliendo, a pesar de los más de 20 reasfaltados realizados en el autódromo brasileño desde su inauguración. Y puede que Aston Martin tuviera algún problema que agudizara la situación, pero la espalda del asturiano también está bastante tocada después de años de exigencia y diversos accidentes.
Y seguro que Fernando decía de corazón que había hecho un sobreesfuerzo por acabar la carrera como muestra de respeto a sus mecánicos y a los damnificados de la gota fría. Pero algo también debió de influir el orgullo herido de no haber podido aprovechar la mejor oportunidad del año para él y Aston Martin. Tanto Fernando como Carlos coincidieron que lo mejor era olvidar esta aciaga carrera y tratar de volver más fuerte en la siguiente.
Si a alguien le duele no haber llegado a lo que se esperaba de ellos, es al propio Carlos y Fernando. El Gran Premio de Brasil de 2024 pasará a la historia como una de sus carreras más legendarias. La exhibición dada por Max Verstappen hará con el paso de los años que se vea al nivel de otras grandes actuaciones de Schumacher, de Senna o de Fangio. Por eso duele más que, en una jornada así, los nuestros no tuvieran su mejor día.