El matrimonio de Lewis Hamilton y Ferrari: en la F1 tu vida personal pasa de ocio a negocio
Ayer a las 11:00 PM
Dada la recurrente extravagancia en el vestir de Lewis Hamilton cada vez que se presentaba en los circuitos, muchas eran las conjeturas, e incluso chanzas, sobre el posible choque de trenes entre piloto y equipo. El siete veces campeón del mundo, lejos de aparecer con uno de sus atuendos inclasificables, vistió de traje y abrigo al estilo más extremo de la elegancia italiana. Tan inesperada e inusual fue su forma de vestir, que el objetivo de llamar la atención se cumplió con creces para ambos. ¿Tendrán en común, por tanto, más de lo que parece?
Guste o no es inevitable que los equipos se metan mucho en la vida personal de los pilotos. Cuando hay tanto dinero en juego como ocurre en la Fórmula 1, los espíritus libres son complicados de gestionar. Unas declaraciones inoportunas o una actitud impropia fuera de los circuitos puede generar un problema reputacional de considerables dimensiones. Es por tanto lógico que pilotos como Hamilton, como embajadores que son de sus equipos y las marcas que les patrocinan, tengan que medir muy bien lo que hacen. Lo de la libertad suena muy bonito, pero tiene un precio en el paddock.
Todo el mundo tiene derecho en su tiempo libre a hacer lo que le dé la gana. Pero cuando firmas un contrato con una empresa de la que dependen muchas nóminas y recibes unos emolumentos importantes, las cosas no son ni blancas ni negras. Cuando, además, eres una figura pública con una descomunal proyección mediática, como es el caso de los pilotos de Fórmula 1, la cuestión se agudiza.
"His car was parked in Williams' parking lot for five hours" 😱Alpine found out about Esteban Ocon's secret Williams #F1 seat fit through a tracker on his company car, according to former Alpine boss Marcin Budkowski. pic.twitter.com/nJYv2Ev68V
— The Formula (@TheFormulaF1) January 13, 2025
El equipo controla tus pasos, tus declaraciones y, por supuesto, tus publicaciones en redes sociales. Pero el problema de la fiscalización es… ¿Dónde está el límite? Veamos, por ejemplo, la pillada del equipo Alpine a su piloto Esteban Ocon mientras negociaba con Williams. Si no fuera por lo grave del trasfondo, la cuestión en principio invitaba a la risa.
El piloto francés, como piloto oficial, tuvo un coche de la marca cedido para sus desplazamientos en el Reino Unido. Por el rastreador del coche en Alpine supieron que había estado varias horas en la sede de Williams. Al equipo de Enstone se le 'olvidó' mencionar a su piloto, que podía ser espiado a través del GPS que llevaba de acompañante. Una afección de su privacidad preocupante.
Tiene que haber límites
La historia no tiene en principio mayor importancia, ni Ocon hizo tampoco nada desleal. En el momento de la visita a Williams, Alpine ya le había comunicado que no contaba con sus servicios para los años venideros. ¿Pero y si no hubiera sido ese el caso? De entrada, si el coche está dotado de un GPS que pueda chequearse en remoto o con posterioridad, lo más honesto es avisar o directamente desactivar el acceso a la información. No vale decir que Ocon era ingenuo por no imaginarlo. Lo de cargar a la víctima un fallo de otros es muy injusto.
"Tienes que estar preparado para ser un modelo cuando quieres, y cuando no, también. Cuando quieres decir algo que no es correcto, has de controlarte y ser políticamente correcto". Así se expresaba Fernando Alonso por lo que pensaba de toda la polémica de insultos y palabrotas de Max Verstappen. Quizá no lo diga muy convencido el asturiano o lo diga fruto de malas experiencias del pasado. Lo que está claro es que tiene asumido que lo de hablar sin filtro por la cuenta que le trae no es buena idea.
Pero ya no son solamente los equipos, sino la propia FIA (Federación internacional de Automovilismo), la que adopta un paternalismo con los pilotos cuando menos cuestionable. Lo que es indiscutible es que si hay un equipo de Fórmula 1 que trasciende al resto, ese es Ferrari. Igualmente, si hay un piloto que es su verdadera estrella global, ese es Lewis Hamilton. Ni siquiera Max Verstappen se acerca ligeramente como, con acierto, señaló Jacques Villeneuve.
Aunque el palmarés de Lewis Hamilton justifica más que de sobra su fichaje por Ferrari, es innegable, que desde el ángulo de la mercadotecnia, la unión de dos nombres tan poderosos a nivel mediático ha jugado su papel. Sin embargo, no son pocas las voces que han alertado de posibles incompatibilidades entre la imagen de ambos. Y a riesgo de equivocarnos, nos atrevemos a decir que quien cuestiona las incompatibilidades no conoce ni a Ferrari, ni a Lewis Hamilton.
Lewis Hamilton's outfit choices this weekend... the transition from Mercedes to Ferrari is complete 🤍❤️ pic.twitter.com/b4m2Vw8pNI
— Autosport (@autosport) December 8, 2024
Llamar la atención
A Hamilton, por encima de gustos personales, lo que le ha encantado toda la vida es llamar la atención. ¿Iba a conseguirlo con alguno de sus habituales atuendos estrafalarios o pareciendo un modelo que ni el propio Giorgio Armani habría soñado? A tenor de la repercusión y los comentarios, lo segundo. Aquí prevalece siempre lo inesperado, lo sorprendente. Igualmente, a menudo se olvida que Ferrari es mucho menos rígido y tradicional de lo que parece. El objetivo real es destacar por encima del resto. Y son genios a la hora de conseguirlo.
En Maranello, de entrada, son muy intransigentes con todo aquello que chirríe con su forma de ver las cosas. Pero amigo, ay como de repente se den cuenta de que eso funciona para sus intereses, pues van a cambiar de opinión a ritmo de récord de Fiorano. En su día, por ejemplo, era famoso su desespero respecto a la actitud pasota de Kimi Raikkonen en las ruedas de prensa.
Ahora bien, a la que se dieron cuenta de que las intervenciones del finlandés se viralizaban en redes, lejos de censurar su actitud, casi hacían gala de ella. La norma la dicta lo que funcione para los intereses de Ferrari, no un manual de marca. Si alguien tiene curiosidad, puede echar un vistazo a las últimas colecciones de moda de Ferrari. Se dará cuenta de que las extravagancias de Lewis Hamilton vistiendo no están muy lejanas a lo que vemos del Cavallino en las pasarelas. A la hora de destacar sobre el resto… Hamilton y Ferrari tienen matrícula de honor.