Fernando Alonso, el caballero de la triste figura, o el regreso al pasado lejano de Aston Martin

Aston Martin y Fernando Alonso han tocado fondo en el Gran Premio de Austria. No por mucho anuncio preventivo del piloto deja de resultar doloroso y flagrante constatar la caída a los infiernos del equipo británico.

“The blue flag sucks”, o lo que es lo mismo, “la bandera azul apesta”, se le escuchaba al asturiano en la segunda parte de la carrera. Es decir, la bandera que avisa al piloto de que va a ser doblado por rivales más rápidos. Pocas imágenes ilustran mejor la involución de un piloto que el año pasado terminaba quinto, a 30 segundos del ganador, y por delante de un George Russell que ha ganado en 2024. El español terminó ayer a casi vuelta y media.

El médico Alonso nos dice que el paciente está enfermo, con la esperanza de que algún día mejorará. Lo que no quita el alcance de la dolencia momento: la cita austríaca revelaba descarnadamente la involución de Aston Martin, superado ahora incluso por monoplazas que en 2023 no veían ni con prismáticos al equipo británico.

"El año pasado, en Austria, Aston Martin fue el décimo equipo, me parece. Y este año hemos vuelto a sufrir”, explicaba el asturiano al recordar el Gran Premio de 2022 como comparación. Entonces, Lance Stroll terminó decimotercero, y Fernando Alonso decimoséptimo, a más de una vuelta. Como el domingo, dos años después.

Stroll y Alonso salieron con estrategias distintas, el español a tres paradas, lo que obligaba a parar temprano y verse obligado a adelantar a monoplazas con diferencial de ritmo por el neumático. Las servidumbres de no tener un monoplaza rápido y buena posición de parrilla. Lógicamente, se pagó caro.

Pronto se empezaron a escuchar los mensajes de disgusto de Lance Stroll, explicando al equipo que estaba pilotando una verdadera piedra por su comportamiento. Escuchando al canadiense, parecía rodar a bordo de un potro de tortura. Cabe pensar que la vida no sería diferente para el asturiano

Hubo un momento de esperanza cuando Alonso era decimocuarto y luchaba con Tsunoda por delante. Un espejismo. Tras su temprana parada en la vuelta 12, Sainz intentó adelantar a Guanyu Zhou con un error de cálculo inhabitual en el asturiano, con precipitación producto de quien se ve forzado por las circunstancias y la estrategia.

Alonso era penalizado con diez segundos de sanción. "No esperaba bloquear. Cuando bloqueas parece que vas a fondo. Cometí un error no esperaba que se iba a cerrar. Se cerraron extremadamente temprano porque creo que ambos intentaban jugar con el DRS o algo así”. Alonso intentaba explicar su error tras tocar al piloto chino, que poco antes había sido superado por

La maniobra lo merecía, otro tema era su alcance. Resulta risible recordar que el español recibió veinte segundos en su duelo con George Russell en Australia, donde ni siquiera hubo contacto.

“Wow wow, aquí, casi un gran accidente, afortunadamente, levanté el pie”, le explicaba por la radio a su ingeniero el español cuando Esteban Ocon hacía otra de las suyas con un espectacular cerrojazo que a punto estuvo de costar una embestida del Aston Martin. “Imagina si yo hago eso, ¿Cuántos segundos (me habrían caído)?” se preguntaba. Alonso no imaginaba que lo mejor estaba por llegar en la recta final de la carrera. Max Verstappen recibía idéntica sanción por cargarse la posible victoria de Lando Norris y, además, se llevaba una buena cosecha de puntos.

Si Aston Martin tenía un monoplaza carne de doblaje, la sanción terminó por arruinar la carrera de Alonso. Pero sin esos diez segundos, el resultado hubiera resultado igualmente descorazonador. Abandonado a esa decimoséptima posición, Aston Martin se descolgaba con un gesto para la galería, un intento de vuelta rápida con neumático blando que, aunque prosperase, no puntuaba, y más se antojaba vaso de agua para el sediento en el desierto que muestra alguna de mínima competitividad.

En 2023, en este mismo circuito, Alonso solo tenía por delante al terminar a Ferrari, Red Bull, y el McLaren de Norris. Había que frotarse los ojos el pasado domingo. En la meta, por delante de Lance Stroll (decimotercero) en esta edición Alpine, Haas, RB… ¿Cómo es posible despeñarse tanto de un año para otro para regresar a donde Aston Martin se movía en…2022?

"Las conclusiones son muy claras, o por lo menos para mí son blanco y negro de lo que hemos hecho en el coche y de lo que tenemos montado ahora mismo, de lo que tenemos que mejorar y mantener, así que tenemos que reunirnos, ir a Silverstone con la moral alta, porque es el gran premio de casa”, lanzaba Alonso como mensaje de ánimo al terminar.

En Montmeló, una semana antes, el español utilizaba la misma expresión: “blanco y negro”, aludiendo de nuevo a que Aston Martin ha comprendido totalmente el alcance de la enfermedad de su monoplaza. A la espera de que el tratamiento responda, como el mismo Alonso reconocía sinceramente, de momento todo “son solo palabras”.

La realidad es que Fernando Alonso terminó doblado en Spielberg. El Gran Premio de Austria solo fue negro, absolutamente negro. Con los antecedentes de Montmeló, Spielberg, y las fulgurantes curvas de Silverstone…

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