Por qué Carlos Sainz y Fernando Alonso se van a enzarzar y quizá sea bueno para los dos

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Les reconozco que un servidor lleva regular todo lo que resulte anti-loquesea en el mundo del deporte. No me gusta que la rivalidad entre deportistas o equipos entre en el terreno de las faltas de respeto. Esto es algo que por desgracia va a ser inevitable que suceda esta temporada entre Fernando Alonso y Carlos Sainz, pero no lo veamos todo negativo. Los dos pilotos españoles este año van a pelear con frecuencia y también nos van a hacer disfrutar.

Por diversas razones, tanto Sainz como Alonso han coincidido relativamente poco en pista hasta ahora. A pesar de llevar muchos años compartiendo parrilla, la competitividad de sus respectivos coches casi siempre ha resultado dispar. Como consecuencia, sus duelos han sido más bien escasos. Pero este año, Williams y Aston Martin parece que podrían andar muy cercanos en competitividad. Va a ser, por tanto, habitual que saquemos palomitas siguiendo a los pilotos españoles, porque van a luchar por objetivos muy similares.

El año pasado, en el Gran Premio China, pudimos ver una de las raras ocasiones donde el Aston Martin de Fernando Alonso, podía plantar cara a los Ferrari. Los coches de Carlos Sainz y Charles Leclerc en ese momento todavía andaban algo por detrás de los Red Bull, pero junto a los McLaren eran los siguientes en la lista de competitividad. Fernando Alonso, mientras aguantaban sus neumáticos, podía batirse en el pelotón de cabeza y en estas pudimos ver una pelea al límite con Carlos Sainz.

Sainz, en el circuito de Shanghái, no solo tuvo que lidiar con Fernando, sino que también tuvo sus más y sus menos con su compañero Charles Leclerc. El monegasco tuvo con el madrileño uno de esos típicos arrebatos que le dan cuando el viento no sopla a su favor. Pese a los momentos de tensión, para Carlos la cosa no pasó de una pequeña tormenta tanto con Leclerc, como con su compatriota Alonso.

Saltarán chispas

"Yo con Carlos, quizá siempre tenga un poco más de cuidado que con el resto de pilotos", reconoce Fernando. El bicampeón mundial es un competidor duro, pero no es famoso por ser antideportivo o temerario frente a sus rivales. Menos aún con alguien a quien considera su amigo. Algo similar puede decirse de Sainz respecto a Alonso. Pero va a ser inevitable que cuando salten chispas entre ambos en pista, los partidarios y detractores de ambos pilotos se enzarcen en las redes sociales. O en los bares, como sucedió hace tres décadas con los duelos entre Juan Garriga y Sito Pons.

En Fórmula 1, en realidad, nunca se ha producido un duelo entre españoles que haya polarizado a la afición del país. En las motos, sin embargo, sí que ha ocurrido en varias ocasiones. Ahora bien, ninguno como aquella batalla de 1988 que partió en dos a la afición española de las dos ruedas. Haciendo una analogía tenística, Sito era Bjorn Borg y Garriga era John McEnroe. Las discusiones entre sitistas y garriguistas fue uno de los principales causantes de que la popularidad del motociclismo se disparara en nuestro país.

Pablo de Villota

Y ese es el lado positivo que quizá nos depare esta temporada la Fórmula 1. A pesar de que Carlos y Fernando se lleven bien, ambos van a tener con certeza momentos de tensión entre ellos esta temporada. Es natural. Son animales competitivos y por mucho buen rollo que haya entre ambos, una vez que se baja la visera del casco, el instinto depredador de un piloto de Fórmula 1 va a aflorar. Y cuando llegue el día del encontronazo, se va a poner a discutir diciendo quién tiene razón, hasta el panadero de la esquina que jamás prestó atención a las carreras de coches.

Y ese es justamente el lado bueno del asunto. Entre los muy aficionados a la Fórmula 1 la base de seguidores de Fernando es muy superior a la de Carlos. Es normal, es uno de los mejores pilotos de la historia y tiene un enorme carisma. Carlos, poco a poco, se va haciendo su hueco entre el público habitual, pero en el sector del aficionado ocasional la cosa se equilibra mucho más. Este tipo de aficionado es el que dispara las audiencias en cualquier deporte y suele estar menos polarizado en sus preferencias.

Sainzistas y alonsistas

Y ojo, porque entre los seguidores más incondicionales de la Fórmula 1 también existe un sector antialonsista, que llegado el caso podría ponerse del lado de Sainz. Solamente por la manía que le tienen algunos al asturiano, se harán sainzistas de la noche a la mañana. No se puede caer bien a todo el mundo y Fernando, que no se caracteriza tampoco por ser un bienqueda, es alguien que pese a sus méritos despierta también sus recelos. Desde las peleas literarias de Quevedo y Góngora, sabemos que la rivalidad es consustancial a la vida y en el deporte no podía ser menos.

Y aunque ninguno lo vaya a reconocer, para Sainz y para Alonso no les resulta indiferente acaparar la atención de la afición y los medios de comunicación. Si Julio Iglesias se pone celoso del éxito de su propio hijo Enrique, qué no va a suceder cuando uno de los dos pilotos sospeche que no se les hace el caso que creen merecer. Los 'ataques de cuernos', son un factor muy motivador para cualquier piloto. Sin ir más lejos, recuerden a aquel Dakar que hizo Carlos Sainz Sr. el mismo año que Alonso le robó mucho foco en su debut. Ganó la carrera con un genio y una velocidad descomunal. No crean en las casualidades.

Javier Rubio

China, si el clima acompaña, podría ser la primera prueba de la temporada que nos ofrezca una imagen real del nivel de competitividad de cada equipo. Ya sabemos que en velocidad a una vuelta, Aston Martin Y Williams están muy parejos. La incógnita por despejar es saber el ritmo de desgaste de neumáticos de los respectivos monoplazas. El asfalto de Shanghái es más abrasivo que el de Australia y aquel que menos degradación de sus ruedas sufra tendrá más papeletas para llevarse el gato al agua.

Las redes sociales van a traer por desgracia algún episodio lamentable, pero que no nos quite esa parte oscura, lo que promete ser una temporada donde vamos a disfrutar de lo lindo con las peleas de los nuestros. Fernando y Carlos se van a enzarzar a menudo y va a ser bueno para los aficionados. Pero ojo, para ellos también. Cualquier deportista es grande en la medida de lo fuerte que sea tu rival.

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