António Félix Da Costa gana la artificial y esperpéntica primera carrera del ePrix de Misano

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António Félix Da Costa ha logrado la victoria en Misano tras realizar más de 30 'adelantamientos'.

La Fórmula E naufraga en Misano. Un espectáculo difícil de digerir que ha terminado con victoria de António Félix Da Costa, triunfo vital para un piloto que incluso estaba cuestionado.

António Félix Da Costa ha logrado el triunfo en la primera de las carreras de ePrix de Misano de Fórmula E. Con todo, el éxito del piloto de Porsche en tierras italianas queda en un segundo plano ante el vergonzante desarrollo que ha tenido la carrera en un escenario muy grande para la categoría. En una carrera artificial, llena de adelantamientos que no han sido tal y que han sido por una mera cuestión de energía, el piloto luso ha ganado por delante de Oliver Rowland y Jake Dennis.

Mitch Evans no tenía demasiados problemas (ni tampoco intención) para mantener la primera posición en una salida muy agitada en la que Nick Cassidy conseguía escalar hasta el tercer puesto en apenas cuatro curvas. Sébastien Buemi también firmaba una gran remontada y se colocaba líder al cierre del primer giro, todo en un escenario de absoluta necesidad de mantener energía. De hecho, los cambios de posiciones se daban de forma masiva sin ningún tipo de criterio.

Ver hasta seis monoplazas en paralelo por ahorrar energía dibuja lo que ha sido una carrera de plástico en Misano

En esta necesidad de ahorrar energía incluso a costa de levantar el pie y ser adelantado por tres o cuatro rivales de golpe, las activaciones del 'attack mode' casi no tenían repercusión. Al punto que Jean-Eric Vergne, António Félix Da Costa y Pascal Wehrlein pasaban por el liderato tras superar a Sébastien Buemi, tan pronto primero como octavo. Ver hasta seis monoplazas en paralelo lejos de ser una imagen espectacular, se convertía en la peor foto posible.

Sin ninguna estrategia, guion o cuestión fija en este absurdo baile de posiciones, el peor parado era Nick Cassidy con un toque con Jean-Eric Vergne que le obligaba a pasar por boxes para cambiar el alerón delantero. También Pascal Wehrlein cambiaba el morro, situación con más implicaciones en términos de campeonato que de la propia carrera, donde cada vuelta cinco o seis pilotos coqueteaban con los puestos de podio sin esfuerzo.

Perdidos en la inmensidad

Entre el reducido tamaño de los 'Gen3' y la necesidad de ahorrar energía, en cada vuelta cuatro coches en paralelo convivían con normalidad. El factor estratégico de los 'attack mode' pasaba a ser nada y la opción de no levantar el pie en un giro permitía ganar cuatro posiciones del tirón. Sólo la sanción de cinco segundo a Jean-Eric Vergne por su toque a Nick Cassidy rompía esta monotonía de adelantamientos vacíos, de monoplazas perdidos en la inmensidad de un trazado permanente.

Tocaba en cualquier caso sobrevivir entre los adelantamientos hasta llegar a los últimos giros de la carrera, cuando de verdad este término cobraba validez, si es que en algún momento se ha podido considerar así. Por entonces, António Félix Da Costa, Stoffel Vandoorne o Maximilian Günther acumulaban más de 35 adelantamientos por cabeza, clara muestro de lo absurdo de la dinámica que ha tenido la Fórmula E en el circuito de Misano.

'Pinto, pinto, gorgorito'…

A falta de tres giros, cuando la energía ya era suficiente para ver la línea de meta, el show se ha resuelto casi al toque de la canción infantil 'pinto, pinto, gorgorito', António Félix Da Costa, que le tocaba estar arriba por puro azar, pegaba el tirón justo y necesario para lograr la victoria por delante de Oliver Rowland. El campeón Jake Dennis conseguía el tercer puesto por delante de Maximilian Günther, Dan Ticktum y el poleman Mitch Evans.

Sérgio Sette Câmara se movía bien en el pelotón al final para lograr acabar séptimo y sumar unos importantes puntos. Jean-Eric Vergne, Norman Nato y Stoffel Vandoorne han sido los tres últimos integrantes del 'top 10' de una carrera en la que ni Pascal Wehrlein ni Nick Cassidy han podido puntuar, por lo que la clasificación del Mundial de Fórmula E ha vivido un notable vuelco.

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