El coche privado se muere y estos datos que preocupan a la industria del automóvil lo demuestran

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Cada vez son más las personas que abandonan la idea de tener coche propio.Freepik

La desmotorización avanza en España y Europa: el 68 % de los usuarios de carsharing ya no tiene coche propio. Factores como el coste, las alternativas de transporte y la conciencia medioambiental están impulsando este cambio.

En los últimos años, la tendencia hacia la desmotorización ha crecido de manera notable en varias partes del mundo, y España no es la excepción.

El reciente informe de Getaround, perteneciente al sector del carsharing, y que ha sido realizado en el marco de la Semana Europea de la Movilidad, arroja luz sobre un cambio significativo en los hábitos de movilidad.

La pregunta es evidente: ¿estamos presenciando el fin del coche privado? Los datos sugieren que sí, y la magnitud del fenómeno es sorprendente.

Las marcas que sepan adaptarse a esta tendencia, probablemente estén mejor posicionadas en el futuro

La desmotorización en cifras

El estudio revela que el 14 % de los hogares españoles ya no tiene coche. Si bien este porcentaje podría parecer pequeño, el dato más impactante proviene de los usuarios de plataformas de carsharing, como Getaround, donde un 68 % de los españoles que utilizan este servicio ya no poseen vehículo propio.

En comparación, en Francia y Noruega, los niveles de desmotorización entre los usuarios de carsharing alcanzan el 59 % y el 60 %, respectivamente.

La tendencia es aún más acentuada en las grandes ciudades. En Madrid y Barcelona, el 81 % de los usuarios de carsharing no tienen coche. Este cambio en el comportamiento refleja no sólo un alejamiento del coche privado, sino también la adopción de nuevas formas de transporte, más sostenibles y colaborativas.

¿Por qué se está abandonando el coche privado?

Las razones detrás de la desmotorización son variadas, pero dos destacan con claridad.

En primer lugar, el coste de poseer un coche. Según el informe, el 55 % de los españoles considera que tener un coche es demasiado caro, y es la principal razón para prescindir de él.

Además, la accesibilidad a alternativas de transporte, como el carsharing, transporte público o la movilidad activa (bicicletas, patinetes, caminar), está facilitando este cambio: el 39 % afirma que simplemente ya no lo necesitan.

Por otro lado, la preocupación medioambiental también juega un papel importante, aunque de manera más pronunciada entre los usuarios de carsharing.

El 18 % de estos usuarios menciona razones ecológicas para haber dejado de usar coche privado, frente al 6 % del resto de la población española. Este comportamiento sugiere un creciente compromiso con la movilidad sostenible, con usuarios dispuestos a hacer su parte en la lucha contra el cambio climático.

Cada vez más gente apuesta por fórmulas como el carsharing o el coche por suscripción.

¿Es buena o mala noticia el abandono del coche privado?

Este cambio en los hábitos de movilidad presenta tanto ventajas como desafíos. En el lado positivo, la reducción de la dependencia del coche privado contribuye a disminuir las emisiones de gases de efecto invernadero.

El transporte por carretera representa más del 28 % de las emisiones en España, y reducir el número de coches en circulación tiene un impacto directo en la mejora de la calidad del aire y la lucha contra el cambio climático.

Además, para las personas, prescindir del coche privado puede suponer un ahorro económico significativo. Los usuarios de carsharing pagan sólo por el uso ocasional del vehículo, lo que elimina los costes asociados con la propiedad, como el mantenimiento, el seguro y el estacionamiento.

Sin embargo, esta transición no está exenta de retos. En zonas rurales o áreas con menor cobertura de transporte público, el coche privado sigue siendo una necesidad.

La falta de infraestructura adecuada y accesible para soluciones de movilidad compartida puede dificultar la adopción generalizada de la desmotorización en todo el país. Por tanto, es vital que las políticas públicas y las inversiones acompañen este cambio, ofreciendo alternativas viables para todos.

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Cómo ve la industria del automóvil la desmotorización

Es probable que la industria del automóvil vea con preocupación los datos de este informe. La creciente tendencia hacia la desmotorización y el auge del carsharing representan un desafío directo a su modelo de negocio tradicional basado en la venta de vehículos privados.

Si cada vez más personas optan por no poseer un coche, las ventas podrían reducirse, especialmente en mercados urbanos donde la movilidad compartida y el transporte público ganan terreno.

Además, la creciente preocupación por el medio ambiente y el coste de mantener un coche están acelerando esta transición, lo que podría forzar a las empresas a replantear sus estrategias.

Sin embargo, la industria también podría verlo como una oportunidad. La demanda de vehículos eléctricos y conectados para carsharing, junto con la evolución hacia modelos de suscripción o «vehículo como servicio», podría abrir nuevas vías de negocio.

Las marcas que sepan adaptarse a esta tendencia y apostar por la sostenibilidad, probablemente estén mejor posicionadas en el futuro.

El coche privado está perdiendo terreno frente a otras alternartivas en las ciudades.

¿Qué depara el futuro del coche?

Los datos apuntan a que cada vez más personas están dispuestas a desprenderse de su coche. El 54 % de los españoles se declara dispuesto a renunciar a la compra de un coche en los próximos años.

Además, el 70 % de los usuarios de carsharing combina su uso con otras formas de movilidad activa, como la bicicleta, y un 85 % utiliza el transporte público de manera habitual. Esto muestra una clara tendencia hacia una movilidad más diversificada y menos dependiente del automóvil privado.

Por todo ello, el coche privado parece estar perdiendo terreno en favor de soluciones más sostenibles y colaborativas. Esto podría verse como una oportunidad para mejorar la calidad de vida en las ciudades, reducir las emisiones contaminantes y fomentar una movilidad más eficiente.

Sin embargo, también requiere de un enfoque equilibrado para garantizar que nadie quede atrás en esta transición.

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