Este es el motor de carreras más exitoso de Toyota y muy probablemente nunca has oído hablar de él
11/21/2024 01:00 AM
Toyota hoy vende muchos motores híbridos, pero no siempre ha sido así. Los japoneses son y han sido expertos en motores de combustión de alto rendimiento. De todas sus creaciones hay una que destaca por encima de todas.
Hoy Toyota es conocida por sus coches eficientes y de bajo impacto ambiental. Los japoneses son los padres de la tecnología híbrida, la antesala de la gran electrificación que domina el futuro de la industria. Sin embargo, en el pasado, Toyota diseñó y fabricó algunos de los mejores motores de combustión que se recuerdan. Joyas de la ingeniería que encumbraron a la marca a los anales de la competición. Por encima de todos hay uno que destaca del reto, el 3S-GTE. Un motor de carreras que también encontró hogar en algunos coches de calle.
Hay que retroceder hasta la década de los 80 para datar los orígenes del 3S-GTE. Más concretamente al año 1986. Fue entonces cuando los japoneses presentaron un motor que sin nadie esperarlo se convertiría en el secreto de muchas victorias y en parte fundamental de la era dorada y deportiva de la marca. Su desarrollo fue compartido con Yamaha, como parte de la familia de los motores S. Se trata de un bloque de fundición con cuatro cilindros turbo con culatas de aleación de aluminio y doble árbol de levas. Un motor compacto y ligero capaz de ofrecer un rendimiento extraordinario para la época.
El Celica GT-Four fue el primer coche de calle en equipar el motor 3S-GTE.Un motor de cuatro cilindros y más de 700 caballos de potencia
Hoy las cifras que manejan los ingenieros son bien diferentes, pero no hay que olvidar que hablamos de la década de los 80. El motor 3S-GTE de Toyota era capaz de desarrollar entre 185 y 265 caballos. Hoy no supone un gran desempeño, pero teniendo en cuenta el bajo peso de los coches de antaño, conseguía una excelente relación peso-potencia. Como ya hemos dicho, se trataba de un bloque de cuatro cilindros 1.998 centímetros de cubicaje y 16 válvulas. Una combinación ganadora y extremadamente resistente. De algún lado viene la ya habitual característica de fiabilidad japonesa.
El primer coche de producción en serie en montar el 3S-GTE fue el Celica GT-Four, bautizado como All-Trac Turbo en Norteamérica. Más tarde también fue equipado en el Toyota MR2 Turbo, cuya producción se centro en países como Estados Unidos, Inglaterra y Japón. Tal era el rendimiento que Toyota decidió emplearlo para la competición. El mismo año del debut del 3S-GTE los japoneses empezaron a desarrollar un coche de rallies con motor central, el Toyota 220D, que acabaría compitiendo en la clase S del Campeonato Mundial de Rallies, aunque su presencia fue cuanto menos efímera ya que la categoría fue disuelta tras la temporada del 86 por problemas de seguridad.
Estados Unidos, Japón e Inglaterra fueron los únicos en disfrutar del MR2 Turbo.A pesar de las malas noticias, Toyota aprovechó el motor y lo evolucionó para diferentes categorías y competiciones. Primero en su versión 503E de 2,1 litros de cilindrada que era capaz de desarrollar más de 700 caballos de potencia gracias a su enorme turbocompresor. En 1987 los japoneses usaron esa evolución para impulsar un prototipo destinado al Grupo C del WRC, el 87C. Un año más tarde, el motor hizo su debut oficial en el Celica GT-Four con una potencia limitada (por normativa) a los 300 caballos, aproximadamente. Una vez más demostró su excelente rendimiento y fue entonces cuando más equipos de carreras decidieron apostar por él para impulsar sus bestias de circuito.
El equipo All American Racers de Dan Gurney fue contratado para desarrollar los coches del IMSA GTP de Toyota. La escudería utilizó una versión del sucesor de los 87 y 88C (números que corresponden con los años de producción). AAR presentó el HF89 con el bloque 503E, también incorporado al HF90. En dos temporadas se alzó con cinco victorias en la categoría, pero no fue hasta los años 91, 92 y 93 cuando el motor alcanzó su máximo potencia. Como suele pasar en el mundo de las carreras, la potencia desarrollada es una cifra de alto valor y secreto, pero algunas fuentes de la época aseguran que el motor era capaz de alcanzar picos por encima de los 900 caballos.
Cabe recordar que hablamos de un motor de cuatro cilindros. Incluso hoy esas cifras resultan impresionantes. En las temporadas ya mencionadas, el equipo AAR consiguió ganar en 21 de las 27 carreras disputadas. Era tal su superioridad que el IMSA decidió cerrar la clase GTP tras concluir la temporada de 1993. De forma paralela el bloque 3S-GTE y sus diferentes versiones fueron equipadas en otros coches de carreras y categorías, incluyendo el WRC, donde en 1990 y 1992 Carlos Sainz se alzó con el título a los mandos de un Celica. Toyota dominó toda una era a principios de los 90 con un motor que sin llamar mucho la atención se ha postulado como uno de los mejores de la historia.