Jaguar pone fecha de caducidad a la combustión, aunque puede que necesite la gasolina si quiere seguir con vida

Los motores de conducción son cosa del pasado para Jaguar. El último ya tiene fecha de caducidad.

Los ingleses lo han apostado a una sola carta, la electricidad. La estrategia es, cuanto menos arriesgada, pero nada los detiene. Jaguar ya sabe cuándo venderá su último coche de combustión, aunque puede seguir necesitándolos.

Que la electricidad es el futuro lo tenemos claro todos. Antes o después, nos guste o no nos guste, los coches eléctricos serán mayoría en las calles. Europa ha tomado medidas para que eso ocurra, pero el mercado no está respondiendo de la misma manera. Las ventas no crecen al ritmo esperado y ante la incertidumbre nada mejor que ser flexibles, aunque en Jaguar no opinan de la misma manera. Los ingleses tienen muy claro qué camino tomar. Tan claro que ya han anunciado cuándo venderán su último coche de combustión.

Retrocedamos un poco en el tiempo. A principios de 2022 el mundo tenía muy claro que el coche eléctrico era la tabla de salvación para los problemas de contaminación del tráfico. Vehículos sostenibles que eliminarían de la atmósfera cualquier rastro de emisiones nocivas. Toda la industria dirigió sus esfuerzos y sus inversiones hacia esa dirección, Jaguar la que más. En Coventry tomaron una arriesgada decisión, paralizar todos los trabajos y centrarse exclusivamente en el coche eléctrico. Tres años sin renovar o lanzar modelos. En 2023 ya pudimos ver síntomas evidentes de debilidad. En España sólo se matricularon 601 unidades.

Jaguar ni siquiera mantendrá con vida su único eléctrico, el I-PACE.

Adiós a los motores de combustión, pero con muchas dudas para el futuro

A partir del 2025 empezaremos a ver los primeros resultados firmados por Jaguar y Land Rover. A pesar de ello, el mundo de 2024 y 2025 no tiene nada que ver con el de 2022. Las cosas han cambiado. Los clientes dudan y los coches eléctricos no consiguen las cifras de ventas que todos esperaban. Muchas compañías se han visto obligadas a pisar el freno con el lanzamiento de productos 100% eléctricos. El caso más sonado es el de Mercedes. Los alemanes han reducido a la mitad sus esperanzas para 2030. Jaguar, en cambio sigue adelante, tampoco le quedan muchas opciones encima de la mesa.

Tras invertir casi 18.000 millones de euros en la estrategia, aportados por Tata, la empresa matriz, Jaguar se la juega a cara o cruz. O éxito o muerte. La compañía va a reducir drásticamente su gama. Eliminará del mapa todos los coches que no dejen cifras positivas, es decir, todos menos uno. Durante los próximos meses, hasta el lanzamiento de los primeros eléctricos, sólo será posible comprar el Jaguar F-PACE, al menos en Europa. Tal y como ha declarado el máximo responsable de la empresa, Rawdon Glover, el último coche de combustión saldrá de la línea de montaje en 12 meses. Incluso piensan adelantar la fecha.

En el resto del mundo los XE, XF, F-Type y F-PACE serán los últimos coches de Jaguar en contar con propulsores de combustión. Muchos dudan de esta estrategia. La supervivencia de la compañía está en riesgo. El propio Glover ha declarado: «con nuestros nuevos modelos eléctricos volvemos al segmento de lujo y entramos en otros tramos de precios. Empezaremos con unos 130.000 euros, que es aproximadamente es el doble del precio medio actual». La carta de presentación será una berlina de alto rendimiento con 1.000 caballos de potencia. Será el Jaguar de producción más potente de la historia.

Como decimos, muchos dudan sobre la estrategia de Jaguar. No será la primera marca en apostar por los coches eléctricos de alto valor. Ya lo hemos visto antes y no con buenos resultados. Paralelamente a estas declaraciones, hace unos meses, JLR y Chery firmaron un importante acuerdo de colaboración mediante el cuál los chinos suministrarán plataformas y sistemas mecánicos para vehículos híbridos e híbridos enchufables. No se han detallado plazos concretos, pero resulta cuanto menos curioso que los ingleses declaren una cosa y hagan otra. Lo que parece es que ni la propia Jaguar tiene muy claro que hacer. Con el tiempo lo veremos.

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