Jules, el Rolls-Royce que corrió el Paris-Dakar gracias a Christian Dior

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Desde los orígenes de Rolls-Royce la marca británica ha estado relacionada con el lujo. Por eso ver a un vehículo del fabricante participando en el rally París-Dakar parece una locura. Y ocurrió, pese a que Rolls-Royce no quería que se fabricara ese coche e intentó por todos los medios que el proyecto se cancelara. El coche se llamó Jules y logró competir en la mítica carrera gracias a la ayuda de Christian Dior.

La existencia de un Rolls-Royce 4x llamado Jules se debe a dos ricos playboys franceses, Thierry de Montcorgé y Jean-Christophe Pelletier. En una velada (seguramente regada por un buen vino de Burdeos) se les ocurrió la idea de convertir el Rolls-Royce Corniche de Thierry en un vehículo de carreras con tracción en las cuatro ruedas y participar en el Rally París-Dakar con él.

Normalmente, estas ideas descabelladas que parecen genialidades desenfrenadas no parecen tan brillantes cuando amanece. Sin embargo, Thierry y Jean-Christophe decidieron seguir adelante para crear uno de los Rolls-Royce más extravagantes de la historia.

Las piezas de Jules

El plan original fue montar la carrocería del Rolls-Royce Corniche sobre un chasis de tracción a las cuatro ruedas, pero no era viable. El monocasco de acero del Corniche se basaba en el Rolls-Royce Silver Shadow, y pesaba casi 2.200 kg, era poco competitivo. Por eso crearon una réplica exacta en fibra de vidrio, usando el Corniche de Thierry para el molde. Del Rolls-Royce usaron solamente ventanas, paragolpes cromados, salpicadero, parrilla delantera y sistema de dirección.

Michel Mokrycki dirigió el proyecto. Con mucha experiencia preparando coches de rally, incluidos prototipos de Citroën, buscó un chasis con tracción en las cuatro ruedas y una distancia entre ejes cercana a la Corniche. El elegido fue el Toyota Land Cruiser, en concreto un HJ45. Tomaron bastidor de acero, ejes, frenos, ballestas, transmisión y caja de transferencia… pero decidieron usar un motor más divertido.

Movía a Jules un motor de un Chevrolet Corvette, un V8 de 5.7 litros. Más que una bravuconada, tenía sentido ya que era un bloque fiable, con mucho par y potencia. Y como el motor original del Corniche era el Rolls-Royce L410 V8 de 6.75 litros, era la arquitectura de motor correcta.

A esos tres elementos principales se sumaron llantas de acero blancas calzadas con neumáticos de todoterreno, un marco de acero tubular bajo de la carrocería, jaula antivuelco completa, asientos  de competición y un volante estilo rally. También un tanque de combustible de 332 litros en la parte trasera para garantizar que Jules tuviera suficiente autonomía para completar los tramos del París-Dakar.

Christian Dior al rescate

Cuando Rolls-Royce se enteró del proyecto, tomó medidas para acabar con él por motivos de propiedad intelectual. Afortunadamente para todos los involucrados, los fundadores del proyecto tenían un as en la manga: Christian Dior era su patrocinador clave.

¿Por qué? Tenían un nuevo producto para hombres que buscaban promocionar… la colonia Jules. De ahí el nombre del coche. Según la leyenda, fue el propio Christian Dior quien convenció a Rolls-Royce para que permitiesen que el proyecto siguiera adelante.

El Rolls-Royce en el París-Dakar de 1981

El Corniche 4×4 de aspecto salvaje y nombre de perfume tomó la salida en el Rally París-Dakar de 1981. Thierry de Montcorgé iba al volante y Jean-Christophe Pelletier fue su copiloto. No faltaba (al menos eso cuentan) una provisión de champán y ostras, algo muy difícil de encontrar en el Sáhara.

Más allá de las anécdotas, el coche tenía buen rendimiento. Acababa las etapas entre los 20 primeros de un grupo de 291 participantes y a mitad de la carrera, Jules ocupaba la 13.ª posición. Fue entonces cuando se produjo el desastre: el coche chocó contra un árbol y se dañó la dirección. Un mecánico local pudo repararlo, pero tardó tanto que Jules fue descalificado.

A pesar de esta descalificación, el fundador del evento, Thierry Sabine, dio permiso para que el coche terminase la carrera y cruzara la línea de meta. A pesar de que no aparece en las clasificaciones oficiales, completó todo el recorrido.

Christian Dior recuperó la inversión con toda la publicidad, ya que después del rally las imágenes del Rolls-Royce Corniche 4×4 no dejaban de aparecer en revistas. Rolls-Royce no paraba de recibir llamadas y cartas de personas que querían su Corniche 4×4.

Décadas más tarde, el fabricante de lujo británico presentaba el Rolls-Royce Cullinan, un Rolls-Royce con tracción a las cuatro ruedas diseñado. Una pequeña parte de su ADN está en la loca idea de un par de playboys franceses de crear un Rolls-Royce de rally… Y ojo, que el coche sigue siendo objeto de deseo y han pagado por él 596.420 € en la subasta pública de Aguttes.

Fuente: Aguttes

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