Sabemos que el coche eléctrico 'limpia' las ciudades, pero este estudio profundiza aún más en sus beneficios

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La adopción masiva de coches eléctricos mejoraría la vida en las ciudades, afirma un nuevo estudio.Unsplash

La adopción masiva de vehículos eléctricos podría generar beneficios significativos para la salud pública, reduciendo la contaminación del aire y las enfermedades asociadas. Un estudio sugiere que estos efectos podrían traducirse en miles de millones en ahorros sanitarios para 2050.

La transición hacia los vehículos eléctricos no sólo tiene un impacto positivo en la lucha contra el cambio climático, sino que también puede mejorar la salud pública de manera significativa. Al menos eso es lo que afirma un reciente estudio de la Universidad de Toronto, publicado en Proceedings of the National Academy of Sciences.

Dicho análisis sugiere que la adopción a gran escala de los vehículos eléctricos, junto con la descarbonización de la red eléctrica, tiene la capacidad de generar beneficios de salud valorados entre 84.000 y 188.000 millones de dólares en Estados Unidos para el año 2050.

En concreto, este análisis utiliza simulaciones por ordenador que demuestran cómo la electrificación masiva del parque automovilístico en EE. UU. podría reducir drásticamente la emisión de gases contaminantes del aire, tales como óxidos de nitrógeno, dióxido de azufre y partículas finas PM2.5. Todos ellos, responsables de numerosas enfermedades respiratorias y cardiovasculares.

El estudio recomienda combinar la electrificación del transporte con energías renovables, el fomento del transporte público y la movilidad activa

El impacto de la contaminación en la salud pública

Tradicionalmente, las investigaciones sobre los vehículos eléctricos se han centrado en su potencial para mitigar las emisiones de dióxido de carbono (CO₂) y, por tanto, su contribución a combatir el cambio climático.

Sin embargo, este estudio va más allá al analizar los contaminantes locales que emiten los vehículos de combustión interna, como los óxidos de nitrógeno y las partículas finas.

Estos compuestos tienen un efecto nocivo directo sobre la salud humana, especialmente en las comunidades más vulnerables: poblaciones de bajos ingresos y grupos marginalizados, ya que suelen vivir cerca de carreteras transitadas y zonas industriales.

Los vehículos eléctricos, al no generar emisiones por el tubo de escape, pueden ayudar a reducir este tipo de contaminación y los efectos adversos que provoca.

No obstante, si la energía que alimenta a los vehículos eléctricos proviene de fuentes fósiles como el gas natural o el carbón, la contaminación se desplaza hacia las zonas cercanas a las centrales eléctricas.

Por ello, los investigadores enfatizan que, para maximizar los beneficios de salud pública, la transición hacia los vehículos eléctricos debe ir acompañada de una apuesta por la energía renovable.

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Escenarios de futuro y salud económica

El equipo de investigación también modeló diferentes escenarios hasta el año 2050, comparando dos caminos: uno en el que se reemplazarían los vehículos actuales de combustión interna por modelos más nuevos y eficientes, y otro en el que para 2035 todos los vehículos nuevos vendidos serían eléctricos, que es lo que pretende Europa.

A su vez, se evaluaron diferentes ritmos de transición hacia energías más limpias en la red eléctrica.

En el escenario más agresivo, en el que para 2035 todos los vehículos vendidos son eléctricos y la red eléctrica se descarboniza a un ritmo acelerado, los beneficios para la salud serían sustanciales, con una reducción drástica de las enfermedades vinculadas a la contaminación del aire.

Incluso en escenarios menos ambiciosos, donde la red eléctrica no se vuelve verde tan rápidamente, los beneficios para la salud alcanzan cifras significativas, con millones de vidas mejoradas y economías ahorradas.

Las grandes ciudades y zonas industriales generan un aire muy contaminado y perjudicial para la salud. Imagen: Unsplash

La importancia de la acción simultánea

El estudio concluye que la adopción masiva de los vehículos eléctricos debe ser prioritaria, sin esperar a la descarbonización completa de la red energética.

Si bien la energía que alimenta a los vehículos eléctricos debe volverse más limpia con el tiempo, continuar con vehículos de combustión interna prolongará la emisión de contaminantes peligrosos. Cada vez que se vende un coche de combustión, se prolongan años de emisiones dañinas, afirma el estudio.

Por tanto, para avanzar hacia un futuro más saludable y limpio, es necesario combinar la electrificación del transporte con inversiones en energías renovables y otras medidas como el fomento del transporte público y la movilidad activa (caminar, bicicleta).

Así, no sólo estaremos reduciendo las emisiones de CO₂, sino que también combatiremos las graves consecuencias de la contaminación en nuestra salud y en la de las futuras generaciones.

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