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¿Tienes un coche diésel? Debes saber esto sobre el filtro de partículas para evitar averías y problemas en la ITV
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Hoy a las 08:00 AM
Los coches diésel se llevan mal con determinadas rutinas, como es el caso de un uso principalmente urbano y pocos kilómetros por carretera. El causante de este problema es el filtro de partículas, y te contamos por qué ocurre y cómo evitarlo.
Si tienes un coche diésel relativamente moderno, hay un componente que juega un papel fundamental en el funcionamiento del motor y en el cumplimiento de las normativas anticontaminación: el filtro de partículas (FAP o DPF, por sus siglas en inglés).
Este sistema, que también incorporan ya algunos motores de gasolina, es clave para reducir las emisiones de hollín, pero también es una de las piezas más propensas a averiarse si no se le da el mantenimiento adecuado.
¿Qué es el filtro de partículas y para qué sirve?
El filtro de partículas es un dispositivo situado en el sistema de escape que se encarga de retener las pequeñas partículas de hollín generadas en la combustión del gasóleo.
Para evitar que se obstruya, el coche realiza periódicamente un proceso de regeneración, quemando estos residuos a alta temperatura.
Esquema de un sistema de escape, en el que se ubica el filtro de partículas¿Cuál es el principal problema del filtro de partículas?
Para mantener la eficacia del filtro de partículas, este debe someterse a ciclos de regeneración, un proceso mediante el cual se queman las partículas acumuladas para evitar que el filtro se obstruya.
Este procedimiento se lleva a cabo sin que el conductor lo perciba y se divide en dos tipos: regeneración pasiva y regeneración activa.
Regeneración pasiva
La regeneración pasiva es un proceso continuo y natural que se produce sin intervención del sistema de gestión del motor.
Se da cuando el motor alcanza temperaturas elevadas de manera sostenida, como ocurre al circular por autopista.
En este contexto, los gases de escape alcanzan temperaturas de entre 350 y 500 °C, permitiendo que el hollín se oxide lentamente mediante una reacción con el dióxido de nitrógeno (NO₂), convirtiéndolo en dióxido de carbono (CO₂).
Este proceso se facilita gracias al recubrimiento de platino presente en el filtro, que actúa como catalizador para que la regeneración ocurra de forma gradual y eficiente sin afectar el rendimiento del motor ni incrementar el consumo de combustible.
Así funciona un filtro de partículas
Regeneración activa
Cuando las condiciones de conducción no permiten alcanzar las temperaturas necesarias para la regeneración pasiva, entra en juego la regeneración activa.
En este caso, la gestión del motor toma el control y aumenta intencionadamente la temperatura de los gases de escape hasta 600-650 °C, permitiendo la combustión del hollín acumulado.
Este proceso se activa cuando el sensor del FAP detecta una saturación de hollín superior a un límite determinado. La regeneración activa suele durar alrededor de 10 minutos y puede requerir un ajuste en la conducción para completarse con éxito.
En ciudad, donde se conduce a bajas cargas del motor y temperaturas reducidas, la regeneración activa es fundamental para evitar que el filtro se obstruya.
Consecuencias de una regeneración incompleta
Si las condiciones del tráfico o el estilo de conducción no permiten completar la regeneración activa, el hollín seguirá acumulándose en el filtro, aumentando el riesgo de una obstrucción severa.
En casos extremos, el FAP puede saturarse hasta un punto en el que la regeneración automática sea imposible, requiriendo una limpieza forzada en taller o incluso la sustitución del filtro.
Además, intentar realizar una regeneración con un filtro demasiado saturado puede elevar la temperatura hasta niveles críticos, poniendo en riesgo la integridad del propio filtro.
Para evitar esto, algunos vehículos cuentan con un indicador de aviso en el cuadro de instrumentos, alertando al conductor de la necesidad de modificar su patrón de conducción para permitir la regeneración.
Por qué nunca debes apagar el motor de tu coche nada más llegar a tu destinoLeer noticia¿Cómo favorecer la regeneración del FAP?
Para evitar problemas y alargar la vida útil del filtro de partículas, es recomendable seguir estas prácticas:
- Circular a velocidades constantes y a revoluciones medias-altas (a velocidad legal por autovía en quinta marcha es suficiente) durante al menos 20 minutos en carretera o autovía.
- Evitar recorridos exclusivamente urbanos y, si es necesario, realizar trayectos periódicos en carretera para favorecer la regeneración.
- Prestar atención al testigo del FAP en el cuadro de instrumentos y actuar de inmediato si parpadea, siguiendo las indicaciones del manual del vehículo.
Siguiendo estas recomendaciones, se garantiza un funcionamiento óptimo del filtro de partículas, reduciendo el riesgo de averías costosas y asegurando que el motor diésel opere de manera eficiente y ecológica.
Un filtro de partículas obstruido inutilizará el vehículo.Problemas en la ITV por el filtro de partículas
Un filtro de partículas obstruido o manipulado puede derivar en un rechazo en la Inspección Técnica de Vehículos (ITV).
En primer lugar, porque existe el riesgo de que aparezca un testigo de fallo en el cuadro de instrumentos o en el diagnóstico OBD.
Pero, sobre todo, porque en las pruebas de emisiones, si el coche expulsa demasiado humo o presenta valores anormalmente bajos (señal de que el filtro ha sido eliminado), puede ser motivo de suspensión.
Cuidar el filtro de partículas es fundamental para evitar averías costosas y problemas en la ITV. Siguiendo unas sencillas recomendaciones, puedes alargar su vida útil y garantizar que tu coche diésel funcione sin inconvenientes.