Un estudio desmonta el sueño eléctrico: casi la mitad de los americanos volverían a comprarse un coche de combustión y dan buenos motivos para ello

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El coche eléctrico está siendo el gran motor del cambio en la forma de movernos.

Las marcas tienen planes ambiciosos para basar toda su movilidad en el coche eléctrico, sin embargo la satisfacción no siempre es la misma en todos los clientes. Un estudio desvela ahora qué conductores son los más propensos a volver a la gasolina.

El hecho de tener o no tener un coche eléctrico no es una simple cuestión de gustos, sino de equilibrio. Hoy por hoy no todo el mundo puede tener acceso a la movilidad sostenible, ya sea por precio, por circunstancias de la vida o por problemas para la recarga. No en todas las partes del mundo los conductores tienen que enfrentarse a los mismos problemas, pero ahora, un estudio americano demuestra que no todos los usuarios actuales de un coche eléctrico volverían a tomar la misma decisión.

El estudio Mobility Consumer Pulse de 2024 elaborado por la consultora McKinsey & Co ha realizado una multitudinaria e internacional encuesta sobre los hábitos de consumo de más de 30.000 conductores repartidos en 15 países del mundo, lo que representa un 80% de las ventas totales del planeta. En dicho análisis se desprenden varias cuestiones interesantes que no sólo afectan al coche eléctrico sino a todo lo que lo rodea. Los americanos son poco propensos a renovar su coche debido a la infraestructura de carga, casi la mitad, el 46%, de los propietarios actuales no muestra una gran satisfacción.

Los problemas con la carga lastran la satisfacción de los clientes de un coche eléctrico.

El producto es bueno, el problema se cierne sobre la red de carga

Los australianos tampoco parecen muy contentos con el cambio. El 49% de los conductores volvería a la combustión, siendo el primero de esta particular lista. Brasil, China y Alemania cierran el Top 5 de esta encuesta tan negativa. Los chinos, a pesar de ser los principales impulsores de la nueva movilidad no muestran un alto grado de satisfacción. El 28% de los usuarios actuales no compraría otro coche eléctrico, porcentaje que baja hasta el 24% en el caso de los alemanes. Curiosa es la posición de Noruega. En sexta posición se sitúa el principal mercado europeo para el coche eléctrico con un 18% de valoraciones negativas.

El 35% de los encuestados globales han asegurado que la red de carga pública no es lo suficientemente buena o suficiente. La extensión de la red de recarga todavía no es lo suficientemente generosa. También hay problemas con la conectividad y el excesivo número de aplicaciones y empresas encargadas de la gestión. Un 34% de los conductores asegura que el coste de propiedad de un coche eléctrico sigue siendo demasiado alto. No sólo la compra en sí, aunque el estudio no indica qué porcentaje de clientes no dispone de carga doméstica. Como ya sabemos, en ese caso sí, el coste de mantenimiento no es el mejor de todos.

Por último y no menos importante, el 32% de los conductores preguntados aseguran que los coches eléctricos les condicionan sus patrones habituales de conducción en largos desplazamientos. Como se puede observar, los encuestados no ponen especiales objeciones al coche eléctrico, sino a la red en sí. Entre otros motivos por los cuales muchos conductores volverían a la combustión encontramos, la imposibilidad de cargar en casa (24%), el estrés de la carga (21%) o los requisitos de movilidad necesarios (16%). Sólo el 13% han asegurado que no disfrutan la experiencia de conducir un coche eléctrico.

Este análisis llega en un momento de gran incertidumbre para la industria. Muchos indicadores apuntan a una recesión del mercado eléctrico o, al menos, a un estancamiento en el volumen de ventas. Europa y Estados Unidos son las regiones del mundo donde más se está dejando notar el efecto. Ante dicho panorama muchas compañías están redirigiendo sus estrategias a fin de mantener con vida los sistemas tradicionales así como para poder ofrecer una movilidad alternativa basada en vehículos híbridos o híbridos enchufables.

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