Volkswagen despide al motor que convirtió al Golf en leyenda y fue semilla de los superdeportivos de Bugatti
Hoy a las 01:00 AM
Ha sido toda una insignia entre los motores de Volkswagen, utilizado en modelos que ni imaginas. La casa de Wolfsburgo está haciendo limpieza y ya ha acabado con uno de los motores de gasolina más especiales. Un V6 que ha cautivado a miles de clientes en todo el mundo con una obra de ingeniería.
Probablemente, algunos de los más recientes fans del automovilismo y de los coches no lo conozcan, pero otros muchos sí que recordarán a uno de los motores más potentes nacidos en el seno de la marca de Wolfsburgo, con una carga emocional propia de los modelos más deportivos del fabricante, y que también ha animado a otros del grupo igualmente de representativos.
Los alemanes están haciendo limpieza en su banco de órganos, lo que significa que uno de los propulsores más difíciles de olvidar está ya diciendo adiós tras más de tres décadas ofreciendo un rendimiento sin igual. El motor de gasolina VR6 se despide después de 34 años en producción siendo uno de los mejores bloques de su categoría, estrenado en 1991.
El motor de gasolina VR6 de Volkswagen es una obra de la ingeniería moderna, ejemplo de ingenio.Del precursor del Volkswagen Golf R a Porsche, el VR6 es inolvidable
El primer modelo que estrenó esta pieza única en la ingeniería, que no ha tenido réplica alguna en otros fabricantes, fue la versión más radical de la tercera generación del compacto alemán. El Golf VR6 fue el precursor del actual Golf R, presumiendo de un motor casi indestructible y con una configuración que se había adelantado a su tiempo.
El VR6, que se despidió hace años de Europa y hace apenas un año de un SUV como el Volkswagen Atlas vendido en Estados Unidos, ha estado vigente hasta hace poco en China, donde ya se ha acabado su vida útil. Los alemanes buscaban un bloque más potente pero bien refinado para una versión más deportiva que el tradicional GTI, por lo que sus ingenieros se rompieron la cabeza de verdad para encontrar una salida a lo que parecía un rompecabezas sin sentido.
Montar en transversal un motor tan grande como un V6, cuando lo habitual es hacerlo en longitudinal, requirió de ingenio porque la solución fue bastante fácil pero pasaría por alto para una gran mayoría: usar una bancada en lugar de dos y estrechar el ángulo entre las mismas. Lo normal en los grandes motores en V es que existan dos bancadas, pero Volkswagen optó por una solución inédita al usar solamente una.
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Los seis cilindros se encuentran en una sola, estrechando el ángulo hasta los 15º, por lo que no sólo no era un V puro, sino que tampoco era una arquitectura en línea. Los cilindros están colocados de forma escalonada, una configuración a partir de la que nace la R. Volkswagen lo ofreció con 2.8 litros, 2.9 litros, 3.2 litros y hasta 3.6 litros, cilindradas que logró sólo con modificar el diámetro y la carrera de los cilindros y llegando a ofrecer potencias máximas de entre 174 y 300 CV.
El VR6, que también ha estado a bordo de Audi o del Porsche Cayenne, inspiró a Ferdinand Piëch cuando el ingeniero alemán, y propietario de la casa alemana, decidió crear dos de los motores de gasolina más grandes del mundo: el W12 que ha estado usando Bentley hasta hace poco tiempo y el impresionante W16 de los Bugatti Veyron y Chiron. Una obra de la ingeniería para otras dos.