09/20/2023 10:00 PM
Lance Stroll está viviendo uno de los momentos más difíciles de su vida, al menos en lo que respecta a su faceta profesional. No es fácil que te midan al lado de uno de los mejores pilotos de la historia como es Fernando Alonso. Pero incluso siendo tan bueno el piloto español, tiene que haber otras razones más allá de la habilidad para pilotar y esto debería preocupar a Aston Martin. La sucesión de resultados decepcionantes es excesiva y el fortísimo accidente de Singapur quizá sea la puntilla.
Después de 15 carreras, la diferencia en puntos en el mundial de pilotos entre el español y el canadiense es de 180 a 47. Más allá del impacto a nivel deportivo, el agujero económico que provoca esta situación es importante. Una plaza arriba o abajo en la tabla final del campeonato de constructores suponen varios millones de euros. Con la igualdad actual, la ausencia de un segundo piloto ganando buenos puntos para su escudería, es un lujo que nadie se puede permitir. Ni siquiera cuando tu padre es el que firma los cheques del equipo para el que corres.
Vaya por delante, que Lance Stroll es un muy buen piloto. De hecho, cualquiera que hoy día logra una superlicencia tiene que haber acreditado un nivel muy alto en las categorías inferiores a la Fórmula 1. Si bastara con tener un padre multimillonario, pilotos como Sean Gelael, Mahaveer Raghunathan, Alfonso Celis o Roy Nissany estarían hoy día corriendo en Fórmula 1. Otra cuestión es que en una época como la actual, donde la parrilla a veces se comprime en apenas un segundo, cada décima cuente y a partir de ahí se magnifiquen las distancias. Pero no lo olviden, hablamos de décimas. Cualquiera que sea capaz de rodar a tres o cuatro décimas de pilotos como Fernando Alonso, Max Verstappen o Lewis Hamilton, malo nunca puede ser.
Es cierto que a lo largo de su carrera, Stroll ha contado con los mejores medios, ha corrido en los mejores equipos y tiene con Nuno Pinto a uno de los mejores coachs de pilotos del mundo. Pero llegado el momento, por mucha ayuda que tengas, para ganar en la Fórmula 4 Italiana o en la Fórmula 3 europea tienes que dar la talla. Y tampoco hay que olvidar, que frente a pilotos como Felipe Massa o Sebastian Vettel, el canadiense en varias ocasiones fue más rápido que ellos. Quizás ni Massa, ni Vettel estuvieran en su plenitud cuando coincidieron con Stroll en el mismo coche, pero aún así hay que hacerlo.
Es difícil saberlo, pero no es descartable que la presión de tener a tu padre como jefe de equipo esté haciendo mella en Lance Stroll (EFE/ EPA SRDJAN SUKI)
Posible lesión mal curada
Pocos pensaban que Fernando Alonso cuando fichó por Aston Martin iba a ser amenazado dentro del equipo por Lance Stroll. Pero pocos imaginaban, también, que la debacle iba a ser tan grande. Cuando a lo largo de tu carrera deportiva en Fórmula 1 has demostrado capacidad para ir rápido, sólo caben dos explicaciones al bajón: Pérdida de facultades o estar psicológicamente destruido. O ambas a la vez incluso. No hay que olvidar que Stroll, se perdió los entrenamientos de pretemporada por una lesión donde se fracturó las dos muñecas. El fantasma de una lesión mal curada es inevitable que le empiece a sobrevolar. Y con ello, que al piloto le surjan dudas a nivel mental viene de inmediato.
Es un contraste notorio, el tiempo de recuperación entre Daniel Ricciardo y Lance Stroll. El australiano ha anunciado casi dos meses de recuperación por la fractura de muñeca en el pasado Gran Premio de los Países Bajos. Por el contrario, apenas transcurrieron dos semanas desde que el canadiense tuviera su accidente en bicicleta, hasta que se volvió a subir al coche para el primer Gran Premio de la temporada en Bahrein. Es posible, que la fractura de Ricciardo sea mucho más compleja que las dos que sufrió Stroll, pero no hace falta ser traumatólogo para saber que la muñeca es uno de los elementos más críticos para un piloto. Y de nuevo, por mucha diferencia que haya en el tipo de fractura, dos semanas de Stroll frente a dos meses de recuperación de Ricciardo se antoja una diferencia excesiva.
A los dos pilotos, les ha operado en Barcelona el doctor Xavier Mir, que es una de las grandes eminencias mundiales en cirugía de la mano. Y el doctor Mir puede hacer milagros, pero contra la naturaleza no se puede luchar. Y si uno se arriesga, la posibilidad de pagar las consecuencias es muy alta. El propio Lance Stroll reconoció que el médico le había recomendado regresar a la competición en Bakú o como muy pronto en Australia, es decir, entre uno y dos meses de recuperación. ¿Quién sabe si ahora no se están pagando meses después las consecuencias de una lesión mal curada?
Algo pasa con Lance Stroll. Y no sólo es porque Fernando Alonso es muy temporada de Aston Martin se está viendo seriamente comprometida por el deficiente rendimiento de uno de sus pilotos, que además resulta ser hijo del dueño del equipoLance Stroll está viviendo quizá uno de los momentos más difíciles de su vida, al menos en lo que respecta a su faceta profesional. No es fácil desde luego que te midan al lado de uno de los mejores pilotos de la historia como es Fernando Alonso. Pero incluso siendo tan bueno el piloto español, tiene que haber otras razones más allá de la habilidad para pilotar. La sucesión de resultados decepcionantes es excesiva y el fortísmo accidente de Singapur quizá sea la puntilla.Después de 15 carreras, la diferencia en puntos en el mundial de pilotos entre el español y el canadiense es de 180 a 47. Más allá del impacto a nivel deportivo, el agujero económico que provoca esta situación es importante. Una plaza arriba o abajo en la tabla final del campeonato de constructores suponen varios millones de euros. Con la igualdad actual, la ausencia de un segundo piloto ganando buenos puntos para su escudería, es un lujo que nadie se puede permitir. Ni siquiera cuando tu padre es el que firma los cheques del equipo para el que por delante, que Lance Stroll es un muy buen piloto. De hecho, cualquiera que hoy día logra una superlicencia, tiene que haber acreditado un nivel muy alto en las categorías inferiores a la Fórmula 1. Si bastara con tener un padre multimillonario, pilotos como Sean Gelael, Mahaveer Raghunathan, Alfonso Celis o Roy Nissany estarían hoy día corriendo en Fórmula 1. Otra cuestión, es que en una época como la actual, donde la parrilla a veces se comprime en apenas un segundo, cada décima cuente y a partir de ahí se magnifiquen las distancias. Pero no lo olviden, hablamos de décimas. Cualquiera que sea capaz de rodar a tres-cuatro décimas de pilotos como Fernando Alonso, Max Verstappen o Lewis Hamilton, malo nunca puede cierto que a lo largo de su carrera, Stroll ha contado con los mejores medios, ha corrido en los mejores equipos y tiene con Nuno Pinto a uno de los mejores coach de pilotos del mundo. Pero llegado el momento, por mucha ayuda que tengas, para ganar en le Formula 4 Italiana o en la Fórmula 3 europea tienes que dar la talla. Y tampoco hay que olvidar, que frente a pilotos como Felipe Massa o Sebastian Vettel, el canadiense en varias ocasiones fue más rápido que ellos. Quizás ni Massa, ni Vettel estuvieran en su plenitud cuando coincidieron con Stroll en el mismo coche, pero aún así hay que hacerlo.Posible lesión mal curadaPocos pensaban que Fernando Alonso cuando fichó por Aston Martin iba a ser amenazado dentro del equipo por Lance Stroll. Pero pocos imaginaban también, que la debacle iba a ser tan grande. Cuando a lo largo de tu carrera deportiva en Fórmula 1 has demostrado capacidad para ir rápido, sólo caben dos explicaciones al bajón: Pérdida de facultades o estar psicológicamente destruido. O ambas a la vez incluso. No hay que olvidar que Stroll, se perdió los entrenamientos de pretemporada por una lesión donde se fracturó las dos muñecas. El fantasma de una lesión mal curada es inevitable que le empiece a sobrevolar. Y con ello, que al piloto le surjan dudas a nivel mental viene de un contraste notorio, el tiempo de recuperación entre Daniel Ricciardo y Lance Stroll. El australiano ha anunciado casi dos meses de recuperación por la fractura de muñeca en el pasado Gran Premio de los Países Bajos. Por el contrario, apenas transcurrieron dos semanas desde que el canadiense tuviera su accidente en bicicleta, hasta que se volvió a subir al coche para el primer Gran Premio de la temporada en Bahrein. Es posible, que la fractura de Ricciardo sea mucho más compleja que las dos que sufrió Stroll, pero no hace falta ser traumatólogo para saber que la muñeca es uno de los elementos más críticos para un piloto. Y de nuevo, por mucha diferencia que haya en el tipo de fractura, dos semanas de Stroll frente a dos meses de recuperación de Ricciardo se antoja una diferencia excesiva.A los dos pilotos, les ha operado en Barcelona el doctor Xavier Mir, que es una de las grandes eminencias mundiales en cirugía de la mano. Y el doctor Mir puede hacer milagros, pero contra la naturaleza no se puede luchar. Y si uno se arriesga, la posibilidad de pagar las consecuencias es muy alta. El propio Lance Stroll reconoció que el médico le había recomendado regresar a la competición en Bakú o como muy pronto en Australia, es decir entre uno y dos meses de recuperación. ¿Quién sabe si ahora no se están pagando meses después las consecuencias de una lesión mal curada?De más a menosPorque el rendimiento de Stroll ha ido en la dirección contraria a lo que se suponía que tenía que ocurrir. Si las muñecas dañadas suponían un hándicap en las primeras carreras, una vez superada la lesión, el rendimiento tendría que ir a más y no a menos como ha sido el caso. Todo esto por supuesto dando por hecho que esas lesiones se hayan curado bien. Pero basta ver los sufrimientos de Marc Marquez estas últimas temporadas, para darse cuenta de las consecuencias de una lesión mal curada. Mas allá que se cometieran errores en todo el proceso, el principal de ellos, fue el precipitado regreso a las pistas de la estrella de pilotos frente a sus prisas por volver, tienen que ser frenados por su entorno. Es tal su ansia competitiva, que son capaces de cometer todo tipo de locuras como es la de competir con lesiones graves sin curar. Y esto demuestra, que lejos de esa imagen de niño de papá que tiene, Stroll tiene el hambre para competir a pesar de estar mermado a nivel físico. Si alguien no tiene que estar preocupado en que venga alguien y te robe tu asiento mientras te recuperas de una lesión, ése es el canadiense. Por seguir con la analogía con Ricciardo, pinta mucho peor para el australiano su regreso, a tenor de lo bien que lo está haciendo su sustituto Liam Lawson. Y desde luego nada indica que fuera Stroll Sr. quien presionara a su cualquier caso, desconociendo las interioridades entre padre e hijo, es sabido también que Lawrence Stroll no es la persona más fácil con la que tratar en el paddock. Es un duro hombre de negocios y por mucha debilidad de padre que pueda tener, no sería de extrañar que a medida que avanzaba la temporada haya ido metiendo más y más presión a su retoño. O quizá la presión se la haya ido poniendo el propio Lance, sabedor de todos los comentarios negativos que recibe su padre acerca de su presencia en el equipo. Y esa presión, esas posibles dudas acerca del estado de sus muñecas y ese estado mental falto de confianza los carga el diablo. El fuerte accidente sufrido en Singapur, quizás no sea un fallo aislado, sino la consecuencia de toda esa pesada mochila emocional que lleva el compañero de Fernando Alonso que está claro, es que por muy bueno que sea Fernando Alonso, que lo es, algo pasa con Lance Stroll mas allá de su capacidad para pilotar. No va a ser un fin de temporada fácil para el canadiense, porque junto a toda la presión que tiene encima, su equipo ha pegado también un bajón de competitividad enorme. Pero es justo en la dificultad donde mejor se calla bocas a los detractores. Si las muñecas lo permiten claro.
De más a menos
Porque el rendimiento de Stroll ha ido en la dirección contraria a lo que se suponía que tenía que ocurrir. Si las muñecas dañadas suponían un hándicap en las primeras carreras, una vez superada la lesión, el rendimiento tendría que ir a más y no a menos como ha sido el caso. Todo esto, por supuesto, dando por hecho que esas lesiones se hayan curado bien. Pero basta ver los sufrimientos de Marc Marquez estas últimas temporadas, para darse cuenta de las consecuencias de una lesión mal curada. Más allá que se cometieran errores en todo el proceso, el principal de ellos, fue el precipitado regreso a las pistas de la estrella de MotoGP.
Los pilotos frente a sus prisas por volver, tienen que ser frenados por su entorno. Es tal su ansia competitiva, que son capaces de cometer todo tipo de locuras como es la de competir con lesiones graves sin curar. Y esto demuestra, que lejos de esa imagen de niño de papá que tiene, Stroll tiene el hambre para competir a pesar de estar mermado a nivel físico. Si alguien no tiene que estar preocupado en que venga alguien y te robe tu asiento mientras te recuperas de una lesión, ese es el canadiense. Por seguir con la analogía con Ricciardo, pinta mucho peor para el australiano su regreso, a tenor de lo bien que lo está haciendo su sustituto Liam Lawson. Y desde luego nada indica que fuera Stroll Sr. quien presionara a su hijo.
En cualquier caso, desconociendo las interioridades entre padre e hijo, es sabido también que Lawrence Stroll no es la persona más fácil con la que tratar en el paddock. Es un duro hombre de negocios y por mucha debilidad de padre que pueda tener, no sería de extrañar que a medida que avanzaba la temporada haya ido metiendo más y más presión a su retoño. O quizá la presión se la haya ido poniendo el propio Lance, sabedor de todos los comentarios negativos que recibe su padre acerca de su presencia en el equipo. Y esa misma presión, esas posibles dudas acerca del estado de sus muñecas y ese estado mental falto de confianza los carga el diablo. El fuerte accidente sufrido en Singapur, quizás no sea un fallo aislado, sino la consecuencia de toda esa pesada mochila emocional que lleva el compañero de Fernando Alonso encima.
Lo que está claro, es que por muy bueno que sea Fernando Alonso, que lo es, algo pasa con Lance Stroll mas allá de su capacidad para pilotar. No va a ser un fin de temporada fácil para el canadiense, porque junto a toda la presión que tiene encima, su equipo ha pegado también un bajón de competitividad enorme. Pero es justo en la dificultad donde mejor se calla bocas a los detractores. Si las muñecas lo permiten claro.