Carlos Sainz o cómo ver el primero la jugada buena... pero sin podio ni regalo de cumpleaños

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Monza se dio la vuelta como un guante y el público que abarrotaba las tribunas pasó a coreografiar ese podio soñado por cualquier piloto vestido de rojo y, por ello, solo al alcance de unos privilegiados. Charles Leclerc logró un triunfo emotivo y emocional por lo inesperado ante los tifosi. Lástima que Carlos Sainz no pudiera acompañarle en su última aparición en Monza, a pesar de que vio desde el principio la jugada ganadora de Ferrari.

Una apuesta que devino en maestra para derrotar la superioridad en ritmo de McLaren. Sin embargo, Sainz experimentó nuevamente la brutal diferencia de cómo mínimos detalles —tres, aparentemente— determinaron el resultado final. Porque, con neumáticos cuatro vueltas más jóvenes que los de Leclerc, no pudo aguantar el ataque final de Piastri y Norris (con dos paradas)… ni tampoco subir al podio.

El triunfo de Leclerc y el cuarto puesto del madrileñoaúpan a Ferrari al título de Constructores en pugna con McLaren y Red Bull. Quién sabe si también al monegasco al de pilotos, con dos trazados por delante —Bakú y Singapur— en principio favorables al equipo italiano, con un rendimiento reafirmado gracias a su último paquete de evoluciones. El piloto español ya conoce cuál será su destino hasta final de temporada.

Javier Rubio

El podio comenzó a evaporarse el sábado

Además de los alerones específicos para Monza, Ferrari introducía un nuevo paquete aerodinámico, modificando su fondo para intentar neutralizar ese rebote fatídico desde Montmeló. En Monza, se aguantó el tipo el sábado sin perder pegada el domingo.

Ferrari apostó por una mayor velocidad punta con cierta descarga para curva, lo que complicó la vida a Leclerc y Sainz el sábado con el subviraje. Una opción que en la simulación de tanda larga del viernes no servía para tirar cohetes, pero ofrecía poca degradación. La puesta a punto de ambos pilotos difería sobre esa base. A una vuelta, Leclerc sufría en el primer sector, pero donde Sainz siempre marcaba en púrpura (mejor tiempo absoluto). Sin embargo, el ritmo se diluía en el segundo y tercero a poco que variaba la temperatura.

El sábado comenzó la derrota de Sainz, con ese factor más decisivo: salir quinto por detrás de Leclerc. Tras superar al monegasco en varias tandas de Q2 y Q3, este le batía por seis milésimas en el último intento. Se perdía así la baza estratégica de liderar a Ferrari en pista. Además, no pudo aprovechar sus opciones para ganar posiciones en carrera antes de la crítica primera curva de Monza. Leclerc, un puesto por delante en la salida, se colocó segundo por detrás de Piastri, tras el error de Russell, mientras que Sainz ganaba solo una posición. A partir de ese momento, el madrileño ya estaba condicionado por las decisiones del equipo con Leclerc, que marchaba por delante.

"Estos chicos van a tener problemas"

El reasfaltado de Monza y el graining experimentado, abría la puerta a una estrategia a una o dos paradas que solo era posible descubrir sobre la marcha. McLaren y Ferrari tiraban los dados. El equipo italiano coqueteó con ella antes de la salida, pero Sainz fue el primero en sospechar que, efectivamente, una sola parada sería suficiente: "Estos chicos van a tener problemas para llegar al final", avisaba Sainz por la radio sobre el ritmo de McLaren en los primeros compases de carrera. Pero, como luego se supo, el madrileño también se refería a Leclerc.

El madrileño ya quedaba subordinado cuando Ferrari paró a Leclerc para protegerse de la parada de Norris en la vuelta 14. Sainz, claro, sería el último en entrar. De nuevo, la influencia de lo sucedido el sábado. Sin embargo, el madrileño ya barruntaba la opción de una parada. Alargó varias vueltas su entrada en boxes, apostando por esa opción. Un error de cálculo que resultaba imposible discernir en ese momento... porque fue entonces cuando definitivamente se esfumó el podio.

"El primer relevo fue bastante bien. Creía que extendiendo ese neumático medio hasta la vuelta 20, como hice, me iba a permitir ser el único en ir a una sola parada. Luego, se demostró que, incluso parando en la 15, como hizo Leclerc, se podía ir a una parada y lo hizo funcionar", explicaba el madrileño al terminar. "Perdí esos seis o siete segundos de carrera que me han costado un poco de tiempo". En realidad, a poco de volver tras su parada, Sainz ya rodaba a diez segundos de Leclerc.

Un último favor a Leclerc

De hecho, entre ese tiempo perdido con el primer juego —con Leclerc ya con el duro nuevo— y la gestión del segundo para terminar la carrera, a Sainz se le fue el podio. Como tercer factor, una degradación con ese último juego que, a pesar de ser más joven, era más acusada que la de Leclerc. ¿Producto de esa puesta a punto que daba distinto rendimiento a los dos monoplazas italianos dependiendo del sector y la temperatura ambiental?

"Sinceramente, hasta la vuelta 30 no estaba claro qué se podía hacer. Creía que, hasta la vuelta 20, sería el único que podría hacer una parada. Luego se vio que, incluso el que ha parado en la 15 (Leclerc), ganó en la carrera. Al final, hubo un momento de crisis con nuestros neumáticos alrededor de la vuelta 35 donde parecía que iba a ser imposible llegar al final. Pero luego el neumático se recuperó y conseguimos llegar", confesaba el madrileño.

Eso sí, por detrás de los McLaren, que volaron con el segundo juego de neumáticos. Al menos, un último favor al equipo y a Charles Leclerc. "Al final, Piastri acabó dos segundos por detrás y, por lo menos, espero que perdiera ese tiempo en la vuelta lenta que hice delante de él". En los cumpleaños (Sainz cumplía 30 el domingo) no siempre se recibe el regalo esperado.

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