Qué diferenciaba a Alfonso de Portago, Alonso y Sainz, los tres pilotos españoles de Ferrari
10/14/2024 10:00 PM
Carlos Sainzafronta la recta final con Ferrari, seis grandes premios que cerrarán la carrera del tercer español que ha competido con el equipo italiano desde 1950, inicio de la Fórmula 1. Fernando Alonso, uno de ellos, Alfonso de Portago el primero. Único por una personalidad y vida que, novelada, se hubiera considerado irreal.
Recordar la peripecia del aristócrata español ayuda a dibujar una época que tanto contrasta con el presente. Que permite constatar el natural paso del tiempo y los cambios, además de otras muchas facetas hoy inconcebibles. Que sirve también para valorar los avances de la presente.
Un ejemplo hacia la vertiente dramática: a principios de 1957, Ferrari era su equipo oficial para el comienzo de la temporada. Mike Hawthorn, Peter Collins, Eugenio Castelloti, Luigi Musso, Wolfgang von Trips y Alfonso de Portago.Dos de ellos pilotos habían muerto a finales de aquel año, todos ellos en 1961. De Portago estaba entre ellos. Tras el pasado Gran Premio de Singapur, Max Verstappen era sancionado por su vocabulario (‘Fucked’) en la rueda de prensa oficial. Otros tiempos ¿Qué hubiera pensado el Marqués de Portago y sus colegas de la época?
#F1 | 🔙 #TalDíaComoHoy, nació Alfonso de Portago, pionero para España en la Fórmula 1, que conquistó a Enzo Ferrari y que falleció compitiendo.Recuerda su figura 👇 https://t.co/9QrN7br2f6
— Motorsport.com España (@es_Motorsport) October 11, 2024
"Los pilotos son gente muy feliz"
De Portago sería el epítome extremo de ese mundo de matices prehistóricos en lo técnico y en lo deportivo, pero extremadamente intenso en lo humano. En una vida increíblemente rica en experiencias gracias a su singular perfil psicológico y facultades físicas e intelectuales, a los 28 años había agotado todo su capital vital.
Los títulos y apellidos de Alfonso de Portago darían para llenar tres líneas de este texto, pero harían falta miles más para glosar una vida única. De padre aristócrata español y madre millonaria americana, recibió educación en Francia, Gran Bretaña y España. La vida le había dotado con una carga genética propia exclusiva en un pequeño grupo de seres humanos. La exprimió a tope, dentro y fuera de las carreras. Pero fue en la competición automovilística donde alcanzó fama, gloria, pero también la muerte.
Hombre de acción dotado naturalmente para afrontar el riesgo y desafíos, a los 17 años ya era piloto de aviación y ganó una apuesta al volar por debajo de un puente en Estados Unidos. Cuenta la leyenda que fue detenido. Su madre creó un fondo fiduciario con el que financiaba su vida y experiencias, que parecían quedarse siempre cortas. Jugador de tenis y polo, gran nadador, consumado jinete, participante en los Juegos Olímpicos con el equipo español que él mismo financiaba… Hasta que se cruzó con un coche de carreras.
Alfonso De Portago - BobsleighDe Portago competed in five Grands Prix, but he was also part of Spain’s first bobsleigh team at the 1956 Winter Olympics, finishing fourth place 4️⃣ pic.twitter.com/yqovkUb778
— Formula 1 (@F1) August 6, 2024
Culto, políglota, aventurero, deportista, carismático, atractivo e incansable seductor, el propio De Portago expresaba el espíritu de piloto de la época, felizmente lejos de la competición actual. "Descubrirás que los pilotos son gente muy feliz y creo que aprecian la vida más que el ciudadano medio", decía en una entrevista el propio Alfonso de Portago. Recordemos la lista de pilotos de Ferrari que comenzaban la temporada 1957…
En tiempos de simuladores, de sofisticados sistemas manejados por volantes que requieren estudio durante semanas, Portago comenzó a competir al más alto nivel de la forma también más osada. Tras comprarse un Ferrari, debutaba en Buenos Aires en una carrera de resistencia, junto con otro piloto. No había usado un coche con cambio en su vida.
Ni siquiera sabía cambiar
Su coche rompió en la siguiente carrera, en Sebring. Adquirió un Maserati y aprendió a hacer la maniobra punta/tacón. "Cuando lo conocí, a principios de 1954, no sabía absolutamente nada de coches de carreras. ¡Nada! Nunca había conducido un coche con cambio manual. Pero era un atleta nato, y aprendió", decía Phil Hill, campeón del mundo de 1961, sobre el aristócrata español.
Con este talento natural y una forma natural de afrontar la velocidad empezó a ganar en Europa. Quiso comprar otro Ferrari de calle. Il Commendatore se lo negó. Le vendió una Fórmula 1 de la época. En 1956, tras haberse roto una pierna en un accidente, fue fichado por el propio Enzo Ferrari. "Era una especie de hippie magnífico, de pelo largo y vieja chaqueta de cuero", decía de él el propio Ferrari. "Sin duda, causaba impresión en las mujeres, porque era un hombre alto y apuesto. Pero lo que se me quedó grabado es esa imagen de caballero que siempre logró emerger de la apariencia tosca que cultivaba. Un buen corredor".
Ni idea de mecánica
¿Pilotos que pasan horas y horas con sus ingenieros estudiando miles de datos? "Para mí, un coche es un medio para ir de un punto a otro o es algo con lo que competir. Yo diría que la mitad de los pilotos tienen algún conocimiento mecánico y la otra mitad, de la que formo parte, no tiene ninguno. Si quiero asustar a los mecánicos, me dirijo hacia mi coche con un destornillador". En invierno pasaba de los circuitos al bobsleigh y la competicion en hielo, lógicamente, pilotando siempre el trineo. La curva 15 del circuito de hielo lleva su nombre.
Aquel hippy con el eterno cigarrillo en la boca no utilizaba monos de carreras, siempre quería correr igual. "Una camiseta deportiva de manga corta, pantalones ligeros y esas zapatillas blandas que usan los ciclistas de competición. Si te cae gasolina en la ropa y se incendia, te resultará mucho más difícil quitarte el mono que la camisa y los pantalones. Así que me visto muy informal". No hablemos ahora de monos ignífugos y sofisticadas prendas de seguridad, o de las sanciones por llevar pendientes o joyería.
"No me va a pasar a mí"
¿Comisarios estudiando hasta la saciedad las maniobras más absurdas según reglamentos asfixiantes, y sancionando hasta los parpadeos de un piloto? Así se trataban estos temas en la época de Alfonso de Portago: "Es un deporte limpio, quizás porque tiene que serlo. Si un piloto es cruel conmigo, tengo dos soluciones: si mi coche tiene problemas, puedo esperar a que me supere y yo puedo ser cruel a cambio. De lo contrario, me contengo hasta el domingo siguiente".
"No creo que un piloto de carreras sea necesariamente un hombre valiente, sino más bien un hombre que no tiene miedo", explicaba De Portago."Hace seiscientos años, o lo que sea, supongo que habría estado matando dragones y rescatando doncellas en apuros. Hoy en día, el único hombre que puede rescatar a una doncella en apuros es un médico". En el circuito de Monthlery fallecieron dos amigos suyos, Luis Rossier y Benoit Musy fallecieron en un accidente. Acompañó al hospital a la mujer de este: “Todos los pilotos creen que no les puede pasar a ellos. En mi interior, lo único que sé es que no me va a pasar a mí”.
Estoy dispuesto a dedicarle tantos años como quiera. Quiero ser campeón del mundo, por supuesto, pero pase lo que pase, dejaré de hacerlo cuando tenga 35 años. Hay tantas otras cosas que quiero hacer y, si llego a los 100 años, no tendré tiempo para 20 de ellas, tener todas las relaciones que quiero, leer todos los libros que quiero leer. No tengo tiempo que perder". Alfonso de Portago falleció en 1957 en un dramático accidente en la Mille Miglia, una prueba en carreteras abiertas, poco después de besar a su pareja, la famosa actriz americana Lindia Cristian, en el último repostaje de la prueba. Fernando Alonso, por ejemplo, llegará en México a los 400 grandes premios.