Verstappen tiene razón con el feo de Russell, pero no es el más indicado para protestar
Hoy a las 11:00 PM
"He estado en esa sala de reuniones muchas veces en mi carrera deportiva, con personas que han competido, y nunca he visto a alguien tratando de fastidiar deliberadamente a otro piloto". Así arrancaba Max Verstappen su alegato en contra de George Russell, por lo que entendía que había sido una jugada muy sucia y desleal en la sesión clasificatoria para arrebatarle la pole position. La cámara subjetiva del Mercedes validaba las quejas del neerlandés, pero eso de "no haberlo visto nunca", es un poco exagerado. Es algo tan viejo como las carreras de coches.
Siempre ha habido en la historia de la Fórmula 1, pilotos con mayores o menores grados de antideportividad. A Verstappen le resultan inaceptables las malas artes de Russell buscándole un perjuicio, pero por reprobable que sea esa actitud, no es más antideportiva que muchas de sus maniobras en pista. Es la eterna historia de las diferentes varas de medir lo que es reprobable o no. Esto no es nuevo en Max. Recuerden el rencor hacia Checo Pérez por entender que le robó la pole position en Mónaco 2022, forzando un incidente. En esa intransigencia hay que contextualizar su desahogo.
"Eso (la deslealtad) para mí, hace que le pierda todo el respeto", continuó Verstappen en su queja, "Russell, siempre actúa de forma extremadamente educada frente a las cámaras, pero si te sientas con él personalmente, es una persona completamente diferente. No soporto eso, es mejor que se vaya a la mierda, no quiero tener nada que ver con él". Está claro que después de conquistar su cuarto título mundial, el de Red Bull ha decidido opinar sin filtro alguno. Se sabe fuerte y dispara sin piedad y sin complejos frente a los que ha puesto en la diana como enemigos.
Fernando Alonso sufrió por parte de George Russell una jugarreta parecida en el Gran Premio de Australia. Al asturiano le cayó una penalización importante entonces porque supuestamente su turbulencia había provocado el accidente del piloto de Mercedes. El compañero de Lewis Hamilton primero dijo que todo fue fruto de un despiste y luego, ante los comisarios, dijo que efectivamente la culpa era de Fernando. Por eso, el asturiano apoyó a Verstappen en su queja y tiró de ironía. "Será cuestión de acelerar", en clara referencia a Russell.
Russell pierde credibilidad
Verstappen sabe que ya nadie le puede quitar el título, y si acaso, cuenta con que lo más que le puede pasar por sus excesos verbales es un multón por parte de la Federación Internacional de Automovilismo. El nuevo campeón parece ser que también se puso farruco con el propio Russell en el camión donde se reúnen los pilotos para hacer el desfile previo a la carrera. "Estaréis contentos tú y tus amiguitos de la FIA con lo que habéis hecho", le espetó Max en la cara.
Aunque a los comisarios deportivos no les habrán hecho ninguna gracia los comentarios de Verstappen, es verdad que tampoco ha debido gustarles nada que George Russell abuse de su buena fe. Tampoco al resto de pilotos de la parrilla les ha debido de gustar la doble cara de Russell, que no olvidemos que es uno de los líderes de la asociación de pilotos. Mal asunto en cualquier colectivo, cuando empiezas a poner de acuerdo a todos tus colegas de profesión, que eres muy poco de fiar.
Max Verstappen on George Russell in the post-race press conference:"I've been in the meeting room (stewards) many times, and I've never seen someone screw someone over that hard, and that for me, I lost all the respect."#F1#QatarGPpic.twitter.com/MXx7BqXgF9
— Fastest Pitstop (@FastestPitStop) December 1, 2024
La realidad es que la parrilla de Fórmula 1 está compuesta esencialmente por animales depredadores. De no serlo, difícilmente hubieran alcanzado la cumbre de la competición automovilística. Puede justificarse que no hay la misma mala fe en Verstappen que con Russell, pero no olvidemos que fue el neerlandés el que avisó por la radioa los comisarios que investigaran a Norris por no levantar el pie en bandera amarilla. La telemetría demostró que el alivio de acelerador del piloto de Red Bull fue ridículo, pero fue lo suficiente como para cazar a su rival en la infracción.
Todos intentan perjudicar
Lo hecho por Verstappen desde el punto de vista reglamentario es justo, pero a la vez es descriptivo de que, a la hora de perjudicar al rival, cualquier excusa es buena. Para todos. Santos en esta competición no hay ninguno, por lo que quizá no sea tan mala cosa como, en principio parece, el exceso de rigor en las sanciones emitidas por los comisarios en el pasado Gran Premio de Qatar. Es más fácil meter en cintura a todos los pilotos de forma radical e ir aflojando la mano si procede, que hacerlo al revés.
Durante todo el fin de semana se optó casi siempre por la pena más dura de las previstas en el reglamento a la hora de sancionar a los pilotos. Pero no olvidemos: dentro del reglamento. Por otra parte, empieza a resultar un poco cansino como los pilotos no pierden ocasión de quejarse por todo por la radio. Probablemente, como saben que les están oyendo en esos momentos, protestan con fuerza con el ánimo de ver si los comisarios pican. Tremendo contraste con los pilotos de MotoGP, que compiten con una dureza tremenda, pero que al no tener radios, lo que pasa en la pista suele quedar en la pista.
De momento nunca ha ocurrido en Fórmula 1 lo que ocurre a veces en el fútbol, cuando el árbitro puede sacar tarjeta amarilla al jugador que trata de engañar al árbitro. Quizá todo lo vivido en Qatar sirva para pensar en esta posibilidad. Si la política de la mano dura de los comisarios se mantiene, es el momento para introducirlo. Russell y Verstappen podrían ser dos buenos primeros casos para ejemplificar. Uno por tratar de engañar y el otro por protestar.