¿Cómo afecta a España la dimisión de Carlos Tavares? Estos son los proyectos que están en peligro
12/03/2024 02:00 AM
Se marcha una de las voces más críticas y escuchadas de la industria. Carlos Tavares cede el mando de Stellantis y con él el destino de sus tres fábricas españolas, así como numerosos proyectos en marcha.
No corren buenos tiempos para el Grupo Stellantis. El año se está haciendo muy largo y los problemas no han dejado de salir. Desde que en 2021 quedase oficialmente compuesto el Grupo Stellantis, Carlos Tavares ha dirigido la compañía con un estilo que muchos han tachado de demasiado austero y poco previsor. Los malos resultados cosechados en Estados Unidos, así como las luchas internas han precipitado la dimisión de Tavares. España podría ser uno de los países más perjudicados en todo el proceso.
El empresario portugués puede reconocerse el mérito del gran éxito de Stellantis en la actualidad. El conglomerado, formado por 15 marcas de diferentes regiones del mundo, ha cosechado excelentes resultados económicos en los últimos cursos. El margen de beneficios es altísimo, a costa de unas políticas que no han terminado de convencer a muchos de sus colegas. La situación más dramática se vive en Estados Unidos. Marcas como Jeep, Dodge o RAM han lanzado duras críticas sobre los planes fijados desde Países Bajos. Las ventas han caído alarmantemente y la hoja de ruta es cuanto menos cuestionable. La capacidad de reacción es cada vez más pobre.
John Elkann (derecha) tomará el control de las operaciones hasta encontrar un sustituto.Stellantis busca un cambio de rumbo que podría afectar a España
No es ningún secreto que desde el otro lado del charco han precipitado el adiós de Tavares. Si bien a principios del mes pasado ya anunció su jubilación, programada para finales del próximo año, tal es el estado de tensión que vive el grupo que el portugués no ha tenido más remedio que adelantar su salida. La renuncia se ha hecho efectiva tras la aprobación por parte de John Elkann, presidente de Stellantis. Elkann tomará el mando de las operaciones diarias hasta que encuentren un sucesor. Se dan de plazo seis meses y varios son los candidatos que se proponen, aunque no hay nada decidido al respecto.
Stellantis tiene intereses en todo el mundo, desde China a Estados Unidos, pasando por Francia, Inglaterra o España. Nuestro país se ha convertido en uno de los centros de producción más importantes para el conglomerado. Tres son las fábricas activas ahora mismo: Vigo, Zaragoza y Madrid. Las tres ocupan un puesto privilegiado. La planta de Figüeruelas juega un papel crítico al ser la responsable de fabricar parte de la familia basada en la plataforma STLA Small. Una arquitectura centrada en la producción de coches eléctricos pequeños y baratos.
La planta de Figüeruelas es una de las más importantes para España y para Stellantis.Las peores noticias son para la planta de Madrid. La fábrica de Villaverde ha perdido el contrato de producción de la próxima familia C4 en favor de las instalaciones de Stellantis en Marruecos. No hay planes para ella a partir de 2028 y ese fue uno de los temas de conversación que trataron Tavares y Pedro Sánchez tras su reunión de la semana pasada en Moncloa. Vigo también ha visto reducida su participación, aunque sus contratos de producción no corren peligro. Cuestión a parte es la supuesta fábrica de baterías que Stellantis y CATL querían abrir en nuestro país. No hay nada asegurado ni firmado y el adiós de Tavares puede ser un mal presagio para que muchos anticipaban como la mayor fábrica de baterías de España.
Muchas son las regiones que estarán deseosas de hacerse con las operaciones de la fábrica. España esperaba recibir una inversión superior a los 4.000 millones de euros por parte de Stellantis en los próximos años. Ahora todo está en duda. Tavares ha tenido muchas disputas con otros países europeos como Francia e Italia, que podrían ahora verse beneficiadas del cambio de rumbo. Sin lugar a dudas la división americana presionará para elevar a uno de sus máximos responsables, mientras que Europa y Estados Unidos siguen aplicando medidas arancelarias que tratan de frenar, sin remedio la llegada de coches eléctricos procedentes de China, entre ellas Leapmotor que ya opera en España a través de la propia Stellantis.