Cuando la realidad supera a la ficción, el estudio que aniquila un dogma sobre el coche eléctrico
Ayer a las 07:00 AM
Siempre hemos creído que una conducción suave y 'artificial' es esencial para alargar la vida útil de las baterías de los coches eléctricos. Sin embargo, la Universidad de Stanford acaba de echar todo por tierra tras la conclusión de un rompedor estudio.
Un nuevo estudio acaba de sacudir los cimientos de lo que se creía saber sobre las baterías de los coches eléctricos.
Durante años, la industria automotriz y la comunidad científica han basado sus estimaciones de durabilidad en pruebas de laboratorio que simulan ciclos de carga y descarga.
Sin embargo, esta metodología, ahora cuestionada, podría haber subestimado significativamente la longevidad real de las baterías cuando son usadas por conductores en condiciones reales.
Antes de este estudio, las estimaciones sugerían que un coche eléctrico podía durar en promedio 18,4 años
Una nueva forma de medir la degradación
El Laboratorio Nacional de Aceleradores, dependiente de la Universidad de Stanford, ha liderado una investigación que propone un enfoque revolucionario.
En lugar de pruebas estáticas en laboratorio, los investigadores diseñaron perfiles de descarga basados en patrones de conducción reales.
Estos incluían desde escenarios de descarga constante hasta simulaciones más complejas que reflejan hábitos cotidianos como arranques bruscos, frenadas regenerativas y pausas frecuentes.
Durante más de dos años, se analizaron 92 baterías de litio comerciales en estos distintos perfiles. Los resultados son reveladores: cuanto más realista era la simulación, mayor era la expectativa de vida de las baterías.
Según el estudio, estas podrían durar hasta un 40 % más de lo estimado anteriormente si se tienen en cuenta las condiciones reales de uso.
La conducción real, en este caso, supera a la conducción en un entorno controlado y artificial.Mitos desmentidos: aceleraciones y frenadas
El estudio también desmiente una de las creencias más arraigadas: que las aceleraciones bruscas degradan rápidamente las baterías.
De hecho, los investigadores descubrieron que actividades como usar la frenada regenerativa, detenerse para realizar gestiones y dejar que las baterías descansen durante varias horas ayudan a prolongar su vida útil.
Esto contrasta con las pruebas estándar de laboratorio que no consideran estas variables.
Un impacto económico y ambiental
Este hallazgo tiene implicaciones significativas. Una mayor durabilidad de las baterías no sólo prolonga la vida útil de los coches eléctricos, sino que también mejora su Coste Total de Propiedad (TCO, por sus siglas en inglés).
Cuanto más tiempo puedan mantenerse operativos estos vehículos, más rentables resultarán tanto para los usuarios como para la sociedad en general.
Además, el impacto ambiental también es positivo, ya que reducir la necesidad de fabricar nuevas baterías disminuye las emisiones asociadas a su producción.
De izquierda a derecha; Simona Onori, Devi Ganapathi, Alexis Geslin, Le Xu y William Chueh, artífices del estudio - Jim Gensheimer / SLAC National Accelerator LaboratoryRecalculando la vida útil
Antes de este estudio, las estimaciones sugerían que un coche eléctrico podía durar en promedio 18,4 años, frente a los 18,7 años de los coches de gasolina y los 16,8 de los diésel. Sin embargo, con estos nuevos datos, los analistas tendrán que revisar estas cifras al alza.
Las implicaciones de este hallazgo son profundas. Ya no basta con mejorar la química de las baterías; también es esencial reconsiderar cómo se evalúa su rendimiento.
Al incorporar datos reales de uso, no sólo obtenemos una imagen más precisa de su durabilidad, sino también nuevas razones para confiar en la viabilidad de los coches eléctricos como una opción rentable y sostenible a largo plazo.