Primero fue Diess, ahora Tavares. Los nuevos jefes de Volkswagen, BMW y Mercedes no tienen el puesto blindado
Ayer a las 10:00 AM
Carlos Tavares ha sido el segundo gran gestor que ha caído. Ha durado menos, incluso que otro de sus colegas de profesión, el alemán Herbert Diess. Está claro que ni el puesto más alto de CEO está blindado, este par no son los únicos que pueden salir por la puerta de atrás en 2025, hay otros cuatro que peligran.
Si bien es cierto que los primeros empleados en salir por la puerta de una empresa son los rasos, los que están en las líneas de producción, la despedida del luso al frente de una de las más grandes empresas del mundo como es Stellantis demuestra que el puesto, en el que a muchos les gustaría estar por sus increíbles sueldos, no está blindado de ninguna de las maneras.
Carlos Tavares ha sido el segundo que en esta década ha abandonado el liderato de una marca, en este caso empresa automovilística. El portugués fue uno de los padres de Stellantis, tomando el mando del gigante franco-italiano en 2021 y en el que se ha mantenido durante poco más de tres años. Ni siquiera se ha llegado a cumplir con su mandato de cinco años, y tampoco estaba previsto renovarlo cuando expiraba en 2026, según se anunció hace unos meses.
Herbert Diess salió de Volkswagen por la puerta de atrás, su gestión se lo llevó por delante.Diess y Tavares son sólo dos pero hay cuatro más en peligro
La «sentencia» estaba acordada de antemano y sólo los acontecimientos son los que han hecho que todo se precipite. Tavares ha durado un año menos que otro de sus colegas, que fue defenestrado después de un complot interno de unos fieles que luego resultaron no serlo tanto. Herbert Diess abandonó Volkswagen hace dos años y tras cuatro en el trono de Wolfsburgo.
Pero tanto el alemán como el portugués no son los únicos que penden de un hilo, sino que hay cuatro más en peligro. El que quizás se encuentra en una posición más delicada es Ola Källenius. Los coches eléctricos, el sistema de agencias en lugar de concesionarios o el apostar por el lujo sin límites echando a clientes de estatus social medio-alto, están socavando seriamente su confianza.
Pero no es el único. Oliver Blume y Thomas Schäfer están también en una posición crítica con una situación muy complicada en Volkswagen. Dos altos cargos que, de caer, lo harían de la mano, al ser los que se encuentran al frente de todo el conglomerado del gigante alemán. El primero es el omnipotente jefe, pero el segundo no es menos, es una verdadera mano derecha y mueve también los hilos, y los brazos de Blume.
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Oliver Zipse es el gran responsable del grupo BMW, y el único de este cuarteto que puede cumplir su mandato al frente del grupo muniqués. La política que sigue con los coches eléctricos, sin renunciar a los de combustión, le está permitiendo distanciarse de los anteriores, pero tiene un importante reto: está obligado a cumplir su promesa de que BMW no pague multas por exceso de emisiones en 2025.
Cuatro «jinetes» que tienen en sus manos no seguir los pasos de Tavares o Diess, pero que tienen los días contados más que los empleados de las líneas de montaje. Porque, una de las grandes diferencias y por las que nadie quiere estar en el «pellejo» de los CEO, es que cuando dan pingües beneficios a los accionistas, año tras año, siempre tiene que ser más y más y no hay límite.
Los accionistas no entienden de tiempos de vacas flacas, sólo de gordas, y no perdonan rebajar los emolumentos, una de las claves en la salida de Tavares de Stellantis más allá de sus excentricidades, de polémicas declaraciones, de posiciones encontradas con Gobiernos y organismos...