Prueba Ford Mustang GT Convertible 2025, un nuevo capítulo de una gloriosa historia

01/06/2025 12:00 PM

Hablar del Ford Mustang es hablar directamente sobre la propia historia del automóvil. Un coche tan emblemático como este ha tenido una renovación generacional, sobre la cual hemos podido probarlo en su versión descapotable. ¿Sigue siendo el mito norteamericano del que todos nos enamoramos? Lo ponemos a prueba.

La historia del automóvil está llena de mitos. Se podría hacer una lista moderadamente extensa hablando de cada uno de ellos. No obstante, estrellas que hayan perdurado durante décadas, incluso llegando al mercado actual, realmente no hay tantas. Con esta particularidad se podría hablar del Porsche 911, del Ford Mustang, y poco más. Esto hace que ambos modelos se hayan ganado un altar de culto en la historia.

Pero de estos dos, uno de ellos es sin lugar a dudas más accesible que otro y eso lo hace ser un modelo más cariñosamente mirado. Y ese no es otro que el Ford Mustang. Después de más de 60 años de vida, la compañía del óvalo ha lanzado la que es su octava generación y para felicidad de todos, sigue conservando esa joya que es su V8 bajo el capó.

Así es el nuevo Ford Mustang GT Convertible

Con la renovación generacional del Ford Mustang, los diseñadores de la compañía norteamericana decidieron mantener la esencia del coche, pero llevando su imagen un paso más allá en cuanto a lo deportivo. Con ello, el icono estadounidense ha sabido así conservar su poderío estético, pero con una actualización que supone convertirlo en un coche completamente nuevo.

El frontal ahora es más afilado, su parrilla también es ahora más generosa y en el centro de la misma continúa portando majestuoso al archiconocido caballo. También han crecido de tamaño sus entradas de aireación de los extremos inferiores, mientras que los faros son ahora más finos y estilizados. Por supuesto, estos cuentan con tecnología Full-LED.

Mirando el perfil sigue conservando su línea estética musculosa, con un gran capó delantero y una zaga aún más perfilada. Sus cotas siguen siendo bastante generosas con respecto a modelos coupé de marcas europeas: 4.810 mm de longitud, 1.916 mm de anchura y 1.394 mm de altura. Su distancia entre ejes es de 2.719 mm. En esta vista también saltan a la vista sus deportivas llantas de 19 pulgadas o su denominación 5.0 en las aletas frontales.

Finalmente, la zaga, al igual que el frontal, también incluye unas líneas más afiladas y unas aristas más marcadas. El propio portón del maletero incluye un disimulado alerón tipo cola de pato, el cual incluye parte también de los grupos ópticos LED con tres puntos de luz vertical. En el centro del conjunto se omite toda referencia al nombre de la marca o el modelo. No es necesario. El coche es totalmente reconocible y únicamente le vale las siglas «GT».

El nuevo Mustang cuenta con una alternativa estética y prestacional más radical llamada «Dark Horse». Esta versión lleva un paso más allá la deportividad en el modelo norteamericano en la práctica totalidad de puntos. Del mismo modo, también cuenta con la clásica carrocería descapotable. Esta última ofrece una capota de lona que se puede plegar o desplegar en sólo 13 segundos.

Un interior más tecnológico

En el habitáculo del Ford Mustang se conserva el propio concepto, pero estrena la práctica totalidad de elementos interiores. Sobre el salpicadero cuenta ahora con un gran panel horizontal donde se aglutinan las dos pantallas principales: instrumentación y multimedia. Estas presentan una diagonal de 12,4 y 13,2 pulgadas, respectivamente.

Ahora estas pantallas presentan un mayor índice de personalización, especialmente la instrumentación, la cual tiene varios formatos de diseño. La multimedia, como no podría ser de otra manera, también incluye las clásicas conexiones móviles vía Apple CarPlay y Android Auto. Su funcionalidad y fluidez de uso es realmente bueno; también son muy intuitivas.

En esta nueva generación, el Mustang prescinde de buena parte de sus clásicos botones físicos, como los de la climatización, los cuales ahora se ubican en la propia pantalla central. El modelo sí ha respetado un módulo propio para los accesos rápidos, así como para regular el volumen del sistema multimedia. Otra curiosidad es su freno de mano, el cual aunque tenga un diseño «clásico», lo cierto es que este no es mecánico, sino eléctrico, por lo que sólo bastará con subirlo o bajarlo levemente para activarlo o desactivarlo.

En el resto de puntos, el Ford Mustang es prácticamente igual que su generación previa. Los tapizados del interior son más que correctos, con una gran dosis de zonas acolchadas. También cuenta con molduras muy vistosas y atractivas al mismo tiempo. Los asientos delanteros cuentan con un mullido excepcional. Son realmente cómodos y se amoldan bien a todo tipo de fisionomías.

Pero si hablamos de que el coche es prácticamente calcado a su generación previa, también lo es en los puntos a mejorar. El primero de ellos es, sin duda, las plazas traseras. Estas apenas cuentan con espacio con el que ofrecer comodidad a sus ocupantes. Bien es cierto que con la carrocería descapotable, entrar o salir de él es mucho más fácil, pero eso no quita que la habitabilidad sea realmente escasa.

Finalmente, mirando su maletero, este no es pequeño precisamente, pues cuenta con un volumen de 310 litros. Esto lo hace bastante capaz a la hora de cargar hasta tres maletas tipo cabina, por ejemplo. Como punto mejorable en este aspecto, la boca de carga es muy limitada y, aunque el hueco es bastante profundo, no lo es en cuanto a la altura, lo que limita mucho a la hora de transportar objetos más voluminosos.

Mecánica y precios

El Ford Mustang es uno de los iconos históricos automovilísticos. Parte de esto viene de la mano de la obra de arte que se ubica bajo el capó: un bloque motor de ocho cilindros en uve, alimentado por gasolina y con 5.0 litros de cubicaje. Este es capaz de erogar una potencia de 450 CV y 540 Nm de par máximo en la versión 'normal' del modelo a la venta en Europa.

Este bloque motor puede estar vinculado a una transmisión manual de seis velocidades o automática de 10 relaciones. La unidad que aquí hemos podido catar contaba con esta última opción. En ambos casos, esta impulsará al modelo exclusivamente a través de la propulsión trasera.

El Ford Mustang GT 2025 parte en España de un precio de 61.150 euros. Este montante se obtiene con la versión coupé y caja de cambios manual de seis velocidades. Para poder acceder a la versión descapotable, habrá que sumar 5.000 euros más a esta tarifa, siendo así de 66.150 euros. En caso de querer recurrir a la alternativa más deportiva Dark Horse, el precio de partida será de 74.150 euros.

Prueba de conducción

El Ford Mustang GT es un coche que ya hemos podido probar aquí en varias ocasiones y siempre nos ha dejado con el mejor de los sabores de boca. Estéticamente es una pasada, más aún después de esta renovación que, para mi gusto personal, ha sido más que acertada en casi todos los puntos. Lo mejor de este coche es que es un verdadero placer para conducir.

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Nada más poner nuestras posaderas sobre el asiento del conductor, la sensación es casi incomparable entre sus rivales. La atmósfera que te rodea es de puro gozo norteamericano. Arrancamos su enorme bloque V8 y un enorme estruendo emana de sus cuatro colas de escape. Sus 450 CV han despertado y están más vivos que nunca.

Apenas con soltar el freno, el Mustang sale con tremenda suavidad. Pese a ser conocido como un «caballo desbocado», lo cierto es que circulando de forma relativamente normal, su conducción es cómoda, confortable e, insisto, realmente suave. No obstante, esta percepción no quita que su decibelios siempre estén por encima de la media general del parque automovilístico, pese a circular en el modo más tranquilo y sosegado de su catálogo.

La dureza de la dirección se podrá personalizar sin necesidad de acceder a tener que elegir un modo de conducción específico; esta se podrá escoger, de menos a más rigidez, entre suave, normal o sport. Pese a que haya estos tres escalones, lo cierto es que su tacto siempre será bastante más duro de lo que cabría esperar.

Mención aparte se merece su transmisión automática de 10 velocidades. Bien es cierto que esta funciona muy bien para trayectos largos, pues parece que ha sido especialmente diseñada para esto. Sin embargo, en el momento en el que se quiera sacar algo más de empaque al Mustang en materia de deportividad, esta se quedará muy lejos de dotar al usuario de ello.

Pero que no se me entienda mal. El Mustang corre, y corre muchísimo. No es un coche que se sienta lento o torpe en ningún momento, sino que su concepción está lejos de ser la de un deportivo europeo al uso. Claramente está pensado para ser un coche cómodo, con el que hacer largos viajes (en la fila delantera), práctico (con un maletero correcto y unas plazas traseras) y que sea capaz de correr y dar unas sensaciones únicas a quien lo conduce. Como siempre hemos dicho: no tiene rivales reales.

El Ford Mustang Cabrio es capaz de ejecutar el 0 a 100 km/h en sólo 5,4 segundos. Esto es una buena muestra de lo que es capaz. Pero es posible que lo que más guste de este coche sea su sonido. Es simplemente mágico. Considerado por muchos (entre los que me incluyo) como el coche con mejor sonido del mercado actual. Su brutal bramido bronco es único en su especie y algo que ya apenas se encuentra en la industria, al menos a este lado del charco.

Acelerar al Mustang hasta más allá de las 6.000 revoluciones es lo más cercano a sentirte como un conductor de la NASCAR en términos de sentidos auditivos. En este aspecto podría catalogarlo como un coche perfecto. Sin lugar a dudas.

Pero como lo que tenemos entre manos es la versión descapotable, todo este sonido se lleva un paso más allá en el momento en el que decidamos guardar el techo y disfrutar del cielo abierto. En caso de circular con la capota puesta, lo cierto es que su insonorización está muy bien lograda y apenas se sentirá una diferencia clara con el modelo de techo Coupé.

Como digo, el Mustang es un coche con el que se puede viajar realmente cómodo y con un aislamiento exterior sobresaliente. Sin embargo, donde no gustará tanto (al menos en España) es en términos de consumos de combustible. Después de varios días de prueba, el Ford Mustang GT Cabrio ha hecho un consumo medio de 14 litros a los 100 km, circulando por todo tipo de carreteras.

Por ciudad, y en momentos de circulación lenta será cuando más se atragante, pues no será difícil ver medias por encima de los 20 litros. Por otro lado, en una ruta por autopista e intentando hacer consumos mínimos, es realmente complicado verlo bajar de los 10 litros a los 100 km.