Fernando Alonso nunca da puntada sin hilo con su "ojalá pueda ganar a Verstappen"

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A Fernando Alonso hay que leerle siempre dos y hasta tres veces en sus declaraciones. A menudo, sus comentarios envuelven más mensajes de los que da en apariencia. Leerlo entre líneas se convierte en algo divertido, especialmente en los momentos en los que su equipo y coche han tocado fondo. Esa alegría y optimismo, que transmitió al acabar el Gran Premio de Las Vegas, nos invita a pensar qué hay detrás de ello. Max Verstappen quizá sea la explicación más plausible.

"Todos los que han peleado con Max hasta ahora por campeonatos no han conseguido intimidarle mucho. Ojalá me toque a mí y yo pueda cambiar la historia". Así se expresaba Fernando al felicitar al neerlandés por su cuarto campeonato del mundo. 2026 es, a priori, el escenario razonable para cumplir ese deseo. Pero quién sabe si incluso tiene alguna esperanza en que pueda ocurrir la próxima temporada. Eso más que optimismo sería alucinación, pero en la F1 nunca hay nada definitivo.

Queda por ver si Alonso planea el futuro como rival de un equipo diferente o como compañero de equipo. La principal motivación de Fernando es pasar a la historia. La estadística va a jugar en su contra, así que las gestas tienen que ir por otro lado. Batir a los 44 años a la máxima estrella del momento supondría escribir una de las páginas más legendarias de la competición. De ahí que el sueño parece que sea gastar su última bala en un duelo contra el neerlandés.

Lewis Hamilton ha sido el piloto más respetado por Fernando Alonso. Sin embargo, de un tiempo a esta parte, el reconocimiento del asturiano a Verstappen ha ido in crescendo. La diferencia con Hamilton es que apenas ha competido con el neerlandés. Por eso no sorprende que Alonso no quiera cerrar su libro de la Fórmula 1 sin haberse medido frente al que mejor piloto de la actualidad.

Complicidad mutua

El reconocimiento entre Fernando y Max es mutuo. Desde que se bajaron del coche al término de la carrera, los dos pilotos intercambiaron elogios y gestos de complicidad. "Esperaré por ti", se decían mutuamente entre sonrisas, como citándose a ese duelo que a ambos les gustaría tener en el futuro. Pero no son sólo los guiños, Verstappen ha hecho suya también la batalla de Alonso contra el poderío de lobby británico en la Fórmula 1.

Desde que Alonso hace un tiempo alertara de que Verstappen luchaba como él contra los elementos anglosajones del paddock, Max no pierde ocasión para recordarlo y últimamente, anda desencadenado con el tema. Recordemos que el neerlandés comenzó la rueda de prensa después de su victoria con cierta ironía sobre la ausencia de la prensa británica en la sala.

Ambos corren para equipos radicados en Gran Bretaña y respetan a los buenos periodistas ingleses. Por tanto, no se trata de obsesión en contra de todo aquello que huela a inglés, sino plantarse ante el permanente barrer para casa de cierto lobby anglosajón que lleva muy mal manejar las cosas a su antojo, como históricamente ha ocurrido. Qué mejor que dos que no son de los suyos acaparando el protagonismo.

Arengando a las tropas

Con o sin Verstappen en Aston Martin en 2026, los mensajes de Fernando sonaban a arenga a las tropas del equipo de Silverstone. Él sabe mejor que nadie que no se puede alcanzar la cumbre si la temporada anterior no te has quedado cerca de la misma. Solo con un 2025 fructífero puede pensarse en soñar la siguiente temporada por mucho Adrian Newey que haya al mando. Deberes y motivación para el equipo, pero empezando por uno mismo: "Hay que buscar ese extra más para estar satisfecho contigo mismo y que el equipo esté orgulloso también del trabajo que haces en la pista".

"Cuando lo das todo en la pista, ellos lo van a dar todo el próximo día que tengan que trabajar media hora extra o que tengan que dormir media hora menos. Se trata de una espiral de competitividad que tienes que inyectar en todo el equipo. Estamos en esa posición ahora. No podemos luchar por podios ni por victorias, pero no podemos conformarnos con estar detrás y aceptarlo solamente. Opción A: toda la carne del asador de Aston Martin para Fernando. Opción B: si toca compartir con Verstappen recordar al que hizo la travesía del desierto".

Javier Rubio

Hay que reconocer que es admirable estar con este ánimo cuando te quedas fuera de los puntos después de una gran carrera; cuando después de dos décadas te toca uno de los peores coches de la parrilla; cuando el cuerpo empieza a acusar los golpes de muchos años de traqueteo y accidentes. Lo más difícil para un deportista que lleva muchos años en la brecha es mantener intacta la motivación y el hambre de salir cada carrera a darlo todo. A la vista está lo que influye este factor en Lewis Hamilton, que pasa de piloto gris a fuera de serie en cuanto huele a victoria

Hablar de aquí a casi dos años vista suena a demasiado lejano y voluntarista, pero el tono optimista de Fernando en el fondo va por ahí. Más allá de la sentida felicitación a Max Verstappen como campeón del mundo 2024, acaba de retar al neerlandés a un duelo en 2026. El bicampeón mundial confirma así que va a seguir para entonces en Aston Martin y quiere que todos y cada uno del equipo se graben a fuego esa cita. El desespero y la frustración de esta temporada está más que archivado. Todo se apuesta desde ya a una última bala frente al mejor pistolero de la parrilla y uno de los mejores de la historia.

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