Por qué la alianza entre Cadillac y Ferrari es clave para no meter la pata al debutar en Fórmula 1

https://images.ecestaticos.com/bQ0jY7XUKEpwJEMmBqXFbCkXpSQ=/0x0:2272x1515/1600x900/filters:fill(white):format(jpg)/f.elconfidencial.com%2Foriginal%2Fedf%2F18c%2F5ea%2Fedf18c5ea96d0f59f1018e51625242b0.jpg

Las noticias de la entrada en la Fórmula 1 del gigante americano de la automoción, General Motors, empiezan a sucederse. Hace un par de semanas se hizo el anuncio oficial de que el proyecto Andretti Formula 1, (desde ahora Cadillac) había recibido la luz verde para convertirse en el undécimo equipo de la parrilla a partir de la temporada 2026. Ahora acabamos de conocer que Ferrari será el proveedor de toda la parte propulsora y la caja de cambios, al menos durante los dos primeros años de la nueva reglamentación.

Es normal que llame la atención que, después de tanta expectación y batalla legal en la entrada del nuevo equipo en la Fórmula 1, no lo haga con una motorización propia. Y cuando se dice motorización y no coche, el matiz es importante. La clave para cualquier fabricante de automóviles que decide entrar a competir es demostrar las bondades de su tecnología, así como el desarrollo de la misma. Y lo aplicable en su mayoría para los coches de calle está en la parte de propulsión, no en la de chasis y aerodinámica.

Pero los Andretti son viejos zorros de las carreras y saben que empezar en apenas un año contando desde ahora mismo con una unidad de potencia de manufactura propia es literalmente imposible. Más aún, intentar hacerlo buscando atajos como subcontratar a especialistas como el recién retirado Renault o Cosworth es el camino más corto para tirar el dinero a la basura y que el proyecto haga el ridículo cuando apenas esté despegando.

Y no es porque en Cosworth o en Viry-Chatillon, la sede de motores de competición de Renault, no sean capaces de hacer un propulsor competitivo para la Fórmula 1. El problema es que incluso teniendo ya un capital tecnológico nada desdeñable que evite el problema de empezar sobre un folio en blanco, la complejidad es tal que con buen criterio se ha decidido que no haya una planta motriz compitiendo hasta que esta sea plenamente competitiva.

Un reto gigantesco

No es ningún secreto a estas alturas que Audi está teniendo unos problemas enormes para estar listos con las nuevas motorizaciones para 2026. El fichaje de Mattia Binotto, que no olvidemos que hizo fama como ingeniero en Ferrari como líder del área de unidades de potencia, se enmarca dentro de las urgencias de la marca alemana, conscientes de que la fecha de debut se acerca y queda todavía una cuesta muy empinada por superar. Y ojo, hablamos de Audi, que es una marca que siempre ha sobresalido en el desarrollo de tecnologías de propulsión.

También ha debido servir de aviso la inesperada decisión de Alpine-Renault de retirarse como fabricante de motores para la nueva reglamentación. Si alguien con la tradición y conocimiento del grupo francés se retira a pesar de haber confirmado anteriormente su presencia, es obvio que el reto es demasiado grande y oneroso. Más aún cuando ante una numerosa competencia no se tienen unas mínimas garantías de triunfar. Mercedes, Ford, Ferrari, Honda y Audi en liza. Poca broma.

Pero quizá en esta decisión haya pesado aún más un recuerdo que los Andretti vivieron muy cerca, como fue el sufrimiento de Honda en sus tres primeros años de participación en la era híbrida iniciada en 2014. No hay que olvidar que Andretti ha sido desde hace mucho equipo oficial de Honda en Indycar y ha conocido de primera mano los problemas de su socio motorístico al otro lado del Atlántico.

Tan cerca los conocieron como que Honda vetó la participación de Fernando Alonso con su equipo en las 500 millas de Indianápolis a cuenta de lo ofendidos que estaban con las críticas del español a su propulsor. El tiempo cura todas las heridas y los nombres de Alonso y Honda volverán a estar unidos, pero aquello fue el mejor ejemplo de lo difícil que era construir un propulsor fiable y competitivo. Si Honda, que tiene un pedigrí inigualable como motorista tienes estos problemas, no quiero imaginar nosotros si empezamos desde cero, debieron pensar Michael y Mario Andretti.

Una decisión pragmática

Aunque para evitar problemas y resquemores Michael Andretti dio un paso al lado el pasado octubre en la dirección del equipo, es obvio que él y su padre Mario están detrás de las principales decisiones estratégicas del equipo. Es significativo que el anuncio oficial entre Ferrari y TWG (así se llama ahora el equipo) es muy ambiguo respecto a los plazos de duración. En teoría sería por dos temporadas, pero la realidad será que el acuerdo solamente acabará el día que el propulsor Cadillac esté a la altura y no antes.

Aparte de dar mala imagen con un propulsor deficiente, para Cadillac también es importante que su equipo se vaya rodando en la parte de chasis, aerodinámica y suspensiones. La competencia es brutal y alcanzar a los colosos de la parrilla en ese terreno es algo también de enorme complejidad. Únicamente hay que ver los problemas de Aston Martin, que comparte motor con Mercedes y con McLaren, para darse cuenta que más allá del motor, el desafío de tener un coche competitivo tampoco es desdeñable.

Javier Rubio

A pesar de venir acompañado de una descomunal inversión económica, lo normal será que las dos primeras temporadas Cadillac merodee las posiciones finales de la parrilla. Este año hemos visto como en ocasiones del primer al último coche apenas les separaba en clasificación un segundo, así que el hecho en sí de ser capaces de poner en pista un coche que esté a esa exigua distancia del mejor es todo un logro.

Y dentro de todo este ejercicio de pragmatismo, se olvida que en el sector del automóvil a nivel mundial está a la orden del día que las marcas usen motores, cajas de cambio o patentes de todo tipo de empresas de la competencia. De todos los constructores en liza para 2026, Ferrari es el más aspiracional y el nombre que realmente menos compite en el mercado con Cadillac. Difícil será que los del Cavallino no hagan un buen motor para la nueva reglamentación, luego se mire por donde se mire el acuerdo, rezuma sentido común por todos los lados. Y un frikidetalle más: la última pole position de Mario Andretti en Fórmula 1 la hizo a bordo de un Ferrari.

img

Top 5 Fórmula 1

×