¿Qué pasa si publicas un vídeo en internet en el que cometes una infracción de tráfico? Así actúa la Guardia Civil

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Este equipo especial de agentes de la Guardia Civil trabaja para rastrear delitos viales en las redes.

A muchos no nos entra en la cabeza que alguien suba a redes sociales un vídeo en el que se le vea excediendo límites de velocidad o conduciendo de forma temeraria. Sin embargo, es más común de lo que parece.

El uso masivo de las redes sociales y el acceso generalizado a Internet han cambiado nuestra forma de ver el mundo y, para muchos, su día a día. Resulta imposible pasar un día sin ver algún tipo de vídeo de un amigo, familiar o, sobre todo, de un desconocido en la Red.

Internet ha traído muchas cosas buenas, pero también muchas malas. Y de la misma forma que vemos vídeos realmente interesantes, vemos otros que nos hacen llevarnos las manos a la cabeza. Algunos de estos últimos tienen que ver con los vídeos de conductores cometiendo imprudencias al volante.

Y más aún, son vídeos que suben los propios conductores presumiendo (no se sabe por qué) de sus 'destrezas' al volante, cometiendo infracciones de todo tipo. Lo creas o no, hay agentes de la Guardia Civil dedicados expresamente a localizar este tipo de delincuentes.

La Guardia Civil tiene agentes especializados en rastrear delitos viales en la Red.

La colaboración ciudadana, vital

El Grupo de Investigación y Análisis del Tráfico (GIAT) es una unidad especializada de la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil. Suyas son varias funciones, entre las que se encuentra el rastreo de las redes sociales buscando posibles delitos contra la seguridad vial.

Mucha parte del material con el que trabajan estos agentes, de los que hay más de 200 especialistas repartidos por toda España, es enviado, curiosamente, por ciudadanos anónimos. Un trabajo en el que pueden tardar de dos a tres semanas, en los casos más «sencillos», o incluso meses.

Según el GIAT, en 2023 se recibieron 155 mensajes de ciudadanos anónimos denunciando comportamientos presuntamente delictivos en el apartado vial, de los que 119 fueron considerados al final delito.

Cualquiera puede aportar pruebas de forma anónima a través del formulario de Colaboración Ciudadana en la página web de la Guardia Civil o enviando un correo a colabora@guardiacivil.org.

GIAT, así funcionan

Hay 15 agentes en la GIAT Central y luego entre 3 y 5 por provincia. Estos emplean diferentes ayudas tecnológicas para rastrear delitos contra la seguridad vial, utilizando el llamado sistema LINCE, una plataforma online pluridisciplinar de la Guardia Civil, que permite localizar y gestionar incidencias, entre otras cosas.

Los agentes analizan todo el material audiovisual posible, partiendo siempre desde la propia base: el vídeo es el comienzo de la investigación, el cual puede acabar siendo susceptible de sanción administrativa (que va a parar a una Jefatura de la DGT) o directamente un delito con consecuencias penales.

«Si vemos que hay un posible delito, abrimos inmediatamente diligencias. Hacemos un atestado con la información recopilada, lo enviamos al juez y este llama a declarar», asegura el capitán Garciamartín, jefe del Grupo Central de Investigación de Tráfico en Madrid. De esta forma, los agentes deben primero asegurarse del delito, para después proceder a la identificación del posible delincuente, del lugar y de la fecha.

Si es necesario, analizarán los vídeos píxel a píxel para reconocer el vehículo en cuestión, la carretera y el tramo, recurriendo también si hace falta a cámaras de la DGT en la carretera. No obstante, no siempre se puede identificar al conductor, pero si el vehículo ha sido reconocido, se llama al propietario para esclarecer los hechos.

«Tenemos varias vías para dar con el protagonista. Lo que sabemos de antemano es que el vídeo está subido a una red, a través de una cuenta, con un correo electrónico... y a partir de ahí vamos atando cabos sobre la fecha, la localización, el entorno, etc. Hay que tener en cuenta que normalmente son personas que graban los hechos y lo suben de forma instantánea a las redes sociales» remata Garciamartín.

La colaboración de los ciudadanos es fundamental para el trabajo del GIAT.

Infracciones para no creer

Según el GIAT, los excesos de velocidad, las conducciones temerarias y los derrapes son las infracciones y delitos viales más compartidos en las redes sociales. De los más recientes, destaca el de un joven de 23 años circulando a 264 km/h en la provincia de Segovia con el coche de su padre y sin permiso de conducir. Ahora está en un proceso judicial en el que le podrían caer dos penas de prisión de 3 a 6 meses.

En un barrio de Zaragoza se localizó a un conductor de 30 años que se dedicaba a derrapar con su vehículo en una vía pública abierta al tráfico pasando a pocos metros de peatones y de otros vehículos.

Todos creemos hacerlo bien, pero la DGT nos recuerda cada año cómo conducir correctamente por autovías y autopistasLeer noticia

Y qué decir de una operación en la que se investigó a 11 personas por participar en un concurso de derrapes en Castroverde (Lugo). «Este tipo de casos los vemos muy habitualmente, el de jóvenes que cogen el coche de su padre o madre, muchas veces incluso sin que estos lo sepan, y comenten locuras al volante. Encima se graban pensando que no se les va a reconocer, o simplemente no piensan en las consecuencias que puede tener exponer un vídeo así en las redes».

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