La agenda de Toto Wolff con Kimi Antonelli que se llevó la primera en la frente

Mercedes quiso escenificar el anuncio de Kimi Antonelli al primer equipo con un singular guion. Antes de oficializar su sustitución por Lewis Hamilton a partir de 2025 se había preparado un gran golpe de efecto. Lo hubo, sí, pero no el esperado.

Cuando se planifica un relevante anuncio durante un gran premio, normalmente llega antes de empezar el fin de semana. Se esperaba la confirmación oficial de Antonelli en el GP de Italia, pero no llegó ni jueves, día para los medios, ni el viernes, primera jornada de libres. Fue el sábado. Con la esperada fanfarria de un debut sensacional del italiano el día anterior que hubiera sacado los ojos de sus órbitas al respetable.

Interpretar la estrategia de Toto Wolff supone entrar en el terreno de las suposiciones. A toro pasado, sin embargo, se insinúa una particular agenda más allá de la mera primera experiencia en la Fórmula 1 de un joven piloto. Ante el desaire de Hamilton y la imposibilidad de fichar a Max Verstappen, Wolff parecía querer empatar al personal y controlar el relato. A lo grande.

A cualquiera con mínima experiencia en la Fórmula 1 le extrañaba el enfoque de Mercedes para el primer contacto en un gran premio del italiano, fuera de lógica para un joven piloto de 18 años. A los 10 minutos de comenzar la sesión, Antonelli había sufrido un fuerte accidente tras un par de giros extremadamente veloces.

Wolff parece reconocer ahora un error de enfoque, aunque quizás no el esperado. Al responsable de Mercedes le pesa más haber hecho debutar a Antonelli en el GP de Italia que por la presión añadida de hacerlo ante su público que por la gestión del equipo de la jornada.

En unas recientes declaraciones en el medio británico Autosport, el austríaco confirma también su propósito de modelar y dirigir la carrera del italiano bajo sus auspicios. Monza fue el primer ejemplo público.

Cuestión de presión, no de gestión

"Kimi, todo bien, todo bien, Kimi" intentaba consolar a Antonelli el responsable de Mercedes tras el impresionante accidente en la Parabólica, una de las curvas más rápidas del campeonato. En un circuito recién reasfaltado y sucio, Antonelli salió desbocado a la pista con el compuesto más blando. Que atacara desde la primera vuelta indicaba que recibía rienda suelta por parte del equipo, práctica inhabitual con un piloto joven debutante.

"Quizás ataqué demasiado según estaban las condiciones, debería haber construido la sesión más progresivamente, pero es una lección aprendida para la próxima vez", una obviedad con la que luego se justificaba el italiano. La incomprensible es que no fuera el equipo el que modulara al italiano, porque se trataba además del monoplaza de George Russell para el resto del fin de semana.

“No diría que fue un error, pero creo que no acertamos del todo al evaluar la presión a la que podría verse sometido. La razón es que hablamos de ello y de cómo abordar la sesión. Estuvo brillante en las pruebas, nunca ha cometido un error en los miles de kilómetros que ha recorrido”. El austríaco hacía acto de contrición con el debut de Antonelli.

“Es un asunto diferente si eres un piloto italiano, tienes 18 años en Monza y es tu primera oportunidad. Quizás si hubiéramos considerado eso como un factor de riesgo frente al conjunto de datos que teníamos de él, probablemente hubiera sido prudente darle unos libres que hubiera sido en una zona horaria totalmente diferente a la de Italia. Pero aprenderá mucho de eso”.

Según Wolff, todas las sesiones privadas de preparación llevadas a cabo con Antonelli confirmaban su talento y adaptación y, por tanto, avalaban esa libertad de ataque. En el mapa de riesgos de sus técnicos, al parecer, no se incluía la falta de experiencia, el estado de la pista, las potenciales consecuencias para el neumático blando de atacar sin datos previos —Antonelli llegó con el neumático ‘frito’ a la Parabólica—, los riesgos para el piloto titular del monoplaza … Se trataba, según el austríaco, de la presión ante su público y la gestión de la misma por el piloto, no de la ejecución del programa por parte del equipo.

El "estilo Mercedes"

“Me gusta su planteamiento. Es rápido en la primera vuelta saliendo de boxes, y eso es lo que ha demostrado", explicaba el austríaco en un sorprendente alegato. Muchos jóvenes talentos podrían haber imitado al italiano. Pero la velocidad es una ecuación de preparación, circunstancias y el momento. A no ser que el objetivo fuera otro.

"Obviamente, me hubiera gustado que estuviera en lo alto de la clasificación”, confirmando implícitamente que Wolff buscaba el impacto más que la toma de contacto en sí, “pero eso se perdió porque el coche volaba, y algunas de esas velocidades solo se consiguieron mucho más tarde durante el fin de semana”

Antonelli subirá de nuevo al W15 en unos libres en 2024 (REUTERS Caroline Chia)

“Obviamente, era demasiado rápido para las condiciones de la pista y para el coche en ese momento, así que había que equilibrar la ambición, la motivación y la habilidad frente a la experiencia de que los Libres 1 son Libres 1”. Efectivamente, responsabilidad del equipo. No hacía falta ser ingeniero de Fórmula 1 para saberlo a no ser, efectivamente, que hubiera una agenda de alcance distinto.

Wolff no oculta su estrategia con Antonelli. A fin de cuentas, es un piloto formado bajo su apoyo e inversiones. “Creo que el equipo de Fórmula 1 al que te unes como piloto joven es fundamental para tu rendimiento y tu desarrollo. Por eso decidimos traerlo directamente a Mercedes, para que estuviera menos contaminado con otro modus operandi diferente. No digo que sea mejor o peor. Pero queremos que sea al estilo Mercedes con él, lo que significa también invertir en este tipo de errores que ocurren. Así que, sin duda, sabemos la responsabilidad que tenemos por su desarrollo y también por sus resultados”. De momento, la primera, en la frente.

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