
Lo increíble de Max Verstappen y Marc Márquez (y que es frustrante para el resto)
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Ayer a las 07:07 AM
En la escalera de talento que lleva a la Fórmula 1 o a MotoGP, se ven a miles de niños y niñas compitiendo desde la más tierna infancia. Cada año viene a repetirse más o menos un patrón similar. De 30, 50 o hasta 100 participantes, apenas un par de ellos destacan como especiales. Cada ascenso de categoría, supone una nueva prueba del algodón y, como es lógico, cuando se llega a la cumbre el nivel es altísimo. ¿Cómo es posible que, en esa descomunal selección natural, haya alguien que destaque por encima de todos? Pues sí, ocurre. Basta observar el nivel actual de Max Verstappen y Marc Marquez.
Marc Márquez cuenta hoy día con la mejor moto y su superioridad actual es insultante. Hat trick de pole position, esprint y Gran Premio en las dos primeras carreras de la temporada en Tailandia y Argentina. El dominio del catalán recuerda mucho al que hasta hace poco tenía Max Verstappen cuando su Red Bull era el mejor coche de la parrilla. Pero ganar carreras cuando se cuenta con la mejor máquina es fácil, dirán algunos. Nada es fácil en la super élite, pero vayamos a la gran clave, ¿qué ocurre cuando se va con una montura inferior? Pues con Marc y con Max se produce lo inexplicable.
Ahora, en 2025, estamos viendo la diferencia real que había el año pasado entre la Ducati GP23 y la GP24. Marc Márquez con sus resultados y cercanía a los pilotos oficiales, nos hacía creer que ambas motos eran muy similares. Y nada más lejos de la realidad. Algo similar, cabe pensar en la actualidad en la Fórmula 1 con el Red Bull respecto a McLaren. Verstappen, el año pasado, podía hacernos creer que en realidad ambos coches estaban parejos en competitividad. Y la primera carrera de Melbourne celebrada ayer nos demuestra con claridad que no es el caso.
Max Verstappen recuerda mucho hoy día al Fernando Alonso de 2012, donde con un Ferrari que apenas era el cuarto o quinto coche de la parrilla, llevó su lucha por el título hasta la última carrera. Siempre había una sensación de desconcierto, acerca de la capacidad del asturiano de llevar su coche a una posición mucho más arriba de lo que le correspondía. Cada carrera surgía ese típico, ¿pero cómo lo ha hecho? Era lógica la incredulidad que generaba Fernando al ver dónde estaba su compañero de equipo, así como la visible inferioridad mecánica.
Una competencia brutal
Verstappen muy probablemente esté ahora mismo por encima de todos los pilotos de la Fórmula 1 actual. Y no es aventurado decir, que estamos ante uno de los planteles más poderosos de la historia. Esta temporada, tenemos jóvenes de un talento descomunal y veteranos que siguen a un nivel impresionante como Fernando Alonso y Lewis Hamilton. Dos de los mejores pilotos de la historia, por cierto. Ese es el nivel, sobre el que el cuatro veces campeón mundial asoma la cabeza por encima de todos.
De MotoGP, puede decirse algo similar. Marc Marquez salta a la vista que tiene un plus sobre el resto de pilotos de la categoría. Pecco Bagnaia es un doble campeón mundial, en 2025 luchó hasta la última curva por el título, es el más brillante exponente de la siempre prolífica cantera italiana. Pero dominar de la forma que lo está haciendo Marc al piloto transalpino, da la medida de lo excepcional del asunto. Sólo un piloto hoy es capaz de inquietar a Marc: Su hermano Alex. "Es que cuando estás entrenando todos los días con Dios, algo se te pega". Esa fue la genial reflexión que le hizo Jorge Martínez 'Aspar' a quien les escribe estas líneas.
A los pilotos, como al amor, se les pone a prueba en las dificultades. Por eso, Max Verstappen no es Sebastian Vettel. Ambos tienen cuatro campeonatos del mundo con el mismo equipo. Pero no es lo mismo. Cuando ha tocado pelear con un coche inferior, la diferencia entre ambos es significativa. Vettel, a pesar de ser un piloto muy bueno, excepcional, incluso en sus días buenos, no ha hecho nada especial cuando ha pilotado coches inferiores. Pocos dudan, por ejemplo, que el título logrado el año pasado por Verstappen, fue mucho más mérito suyo que de su coche.
Pero hay una cosa en la que Marc Márquez, destaca como extraterrestre por encima incluso de Max Verstappen. El catalán ha regresado al estado de gracia después de un infierno de lesiones que ha durado tres años. Es difícil, en el ámbito de lesiones, que los pilotos de Fórmula 1 se destrocen el cuerpo al nivel que lo hacen los de MotoGP. Pero llevemos ese desafío mental, por ejemplo, a estar muchos años pilotando máquinas poco competitivas y no perder la moral. Eso aún tenemos que vérselo al neerlandés.
La fortaleza mental
La fortaleza psicológica de no perder el hambre y el espíritu de lucha, cuando encadenas un año con motos o coches poco competitivos, es muy difícil mantenerla. Fernando Alonso desde luego que es admirable en este sentido, porque ha peleado como un jabato a bordo de pésimos monoplazas. Max viene sufriendo de un tiempo a esta parte con un coche que, no siendo claramente el mejor tampoco puede decirse que es de los peores. No hay de qué engañarse con la abismal a diferencia respecto a sus compañeros Checo Pérez o ahora Liam Lawson.
Si fuera tan malo el Red Bull, como en ocasiones sugiere el pobre rendimiento del segundo coche, el equipo filial Racing Bulls estaría en la absoluta cola de la parrilla. y claramente no es el caso, como ha demostrado por ejemplo en la carrera de ayer domingo Yuki Tsunoda. Otra cuestión es que, buscando la quinta esencia competitiva, el Red Bull sea una máquina diabólicamente inconducible para todo aquel que no sea Max Verstappen. Y este es el único punto que, aunque sea de forma involuntaria, es un problema que generan tanto Márquez como Verstappen allí donde pasan.
La forma de pilotar en la quinta dimensión de Márquez y Verstappen, provoca que el terrícola no pueda guiar una máquina como lo hace el alienígena. Eso puede explicar que todos los pilotos que han sido compañeros de equipo de ambos parecieran pilotos mediocres cuando, al manejar otras motos u otros coches claramente demuestran que son muy buenos. El magnífico cuarto puesto de Alex Albon ayer en Melbourne con Williams es la enésima prueba de la validez de esta teoría.
Qué decir en el caso de Márquez de la calidad de Dani Pedrosa o de Jorge Lorenzo cuando compartieron moto con el de Cervera. Y ese problema de incompatibilidad de pilotaje, lleva a otro muy serio para un equipo si no se dan cuenta a tiempo los equipo, que es la distorsión sobre la competitividad real del coche o la moto. ¿Alguien cree de verdad que hoy día el Red Bull es el segundo mejor coche de la parrilla? ¿Era la Honda la mejor moto en los años victoriosos de Márquez en el equipo? Son las señales claras de cuando, en la selección de selecciones, cada muchos años surge alguien que está por encima de todos.