¿Comparten los fabricantes de coches tus datos? Puede que más de lo que creías

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Vivimos en un mundo totalmente conectado. Hasta el más pequeño de los aparatos domésticos tiene su parte digitalizada y la capacidad para transmitir datos. A diario aceptamos condiciones que ni leemos y eso puede repercutir en nuestra privacidad. Eso es aplicable a prácticamente todos los ámbitos de la vida, incluso al del automóvil. De hecho, se ha descubierto que los fabricantes de coches comparten tus datos en mayor medida de lo que se esperaba. No hablamos ya de cosas personales, sino también de detalles relacionados con la conducción.

Los vehículos actuales son ordenadores sobre ruedas capaces de almacenar grandes cantidades de datos relativos a cómo se conduce. Desde las aceleraciones fuertes, hasta cómo se frena, pasado por la suavidad al hacer los giros, todo queda registrado. El caso es que hace un par de meses General Motors fue sancionada por vender este tipo de datos a terceros sin el conocimiento (ni el permiso) de sus clientes. Sin embargo, ahora parece que está todo más generalizado de lo que pensábamos y que se hace a menudo.

En una investigación realizada por Consumer Reports se analizaron las políticas de privacidad de un buen número de fabricantes y se pusieron en contacto con ellos para resolver algunas dudas. Se observó que muchos clientes aceptan ciertos permisos la primera vez que arrancan el coche y que hay algunos términos que incluyen el «intercambio de datos telemáticos». Eso provoca una vulnerabilidad, ya que no se sabe dónde pueden terminar esos datos del cliente. Algunos casos destapados llaman mucho la atención.

Por ejemplo, en Estados Unidos se ha visto que Mitsubishi pasaba datos de la conducción a aseguradoras a través de LexisNexis Risk Solutions, uno de los corredores de datos de mayor tamaño. Eso hacía que se pudieran usar para calcular precios de sus pólizas, pero sin que ellos lo supieran. También se detectó que Toyota no lo hacía directamente, pero que una empresa afiliada (Connected Analytic Services) sí que podía tener acceso a ellos y utilizarlos. En todo caso, hay mucha desinformación y el usuario anda bastante perdido en este aspecto.

Lo primero es que no se conoce el valor real que tienen esos datos. Hay empresas que pueden sacar beneficios millonarios con estas transacciones basadas en la información sobre el cliente. Los fabricantes pueden usarlos para saber como se conduce y mejorar aspectos, pero también es perjudicial cuando caen en las manos incorrectas. El tema de las aseguradoras está muy en boga, pero las aplicaciones podrían ir más allá. Ante esta tendencia, el usuario debería protegerse y saber realmente lo que se está compartiendo.

En Estados Unidos, por ley, se obliga a las empresas que permitan a los usuarios que no se recopilen, compartan y vendan sus datos. Mientras que se habla de leyes más estrictas en este sentido para proteger a los conductores, es importante leer las políticas de privacidad y aceptar solo lo estrictamente necesario. También hay varios tipos de solicitudes para que esas empresas dejen de compartir los datos o que incluso los eliminen por completo. Basta con buscar porque suelen ser formularios online.

Fuente: Consumer Reports

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