La explosión del Tesla Cybertruck demuestra que tienen más datos de los coches de los que pensamos
Ayer a las 07:00 AM
El año 2025 comenzó con la noticia sobre la explosión de un Tesla Cybertruck en la puerta del Trump Hotel de Las Vegas (Nevada, Estados Unidos). Desde el primer momento quedó claro que no era un accidente que hubiera sucedido por algún fallo en el vehículo, era un acto perpetrado intencionalmente por alguien. La investigación ha apuntado directamente al veterano del ejército, Matthew Livelsberger, que se suicidó justo antes de este atentado sin más víctimas mortales que el autor.
Livelsberger había cargado la pick-up de tanques de combustible y fuegos artificiales antes de quitarse la vida con una pistola. De ahí la espectacular explosión del Cybertruck y la incertidumbre por parte de las autoridades. La parte positiva es que en este tipo de incidentes ahora es mucho más fácil realizar una investigación. De hecho, ha quedado demostrado que los fabricantes tienen más datos de los coches de los que pensamos y que la intimidad queda puesta en entredicho.
Está claro que en caso de que se cometa un crimen todos apoyamos que se faciliten las cosas para descubrir lo que ha pasado. Pero los límites están muy difusos. La Policía Metropolitana de Las Vegas ha agradecido directamente a Elon Musk por compartir información adicional sobre la Tesla Cybertruck que fue alquilada por el autor de la explosión. Eso incluye su localización en todo momento, desde su posición original en Colorado Springs hasta el Trump Hotel donde estalló.
Queda demostrado que los fabricantes recopilan muchos datos de sus vehículos y otros que pueden servir para conocer detalles de las vidas de sus usuarios. La mayoría los cederán rápidamente a las autoridades en caso de exigírselo, incluso sin que haya una orden judicial de por medio. La cosa es que no solamente va la localización GPS y movimientos del coche, también pueden existir otros datos.
En las políticas de privacidad que muchas veces aceptamos sin leer se están cediendo detalles como la identificación completa, el carnet de conducir, la tarjeta de crédito, información sobre salud, origen étnico, creencias religiosas u orientación sexual; entre otras cosas. Cambia entre lo que el usuario comparta y el fabricante que sea, pero deja expuestos a los conductores por el mero hecho de adquirir un coche.
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